El mediático actor cubano de origen estadounidense, William Levy, que se dio a conocer mundialmente por la adaptación de la telenovela Café con Aroma de Mujer y que se encuentra ahora mismo en Tenerife grabando la nueva producción de Netflix, Montecristo, no ha parado de rodar ni siquiera el día de su cumpleaños. Este lunes, Levy cumple 42 años, pero eso no le ha impedido avanzar en la producción de la serie, esta vez con tomas en el municipio de Arona.
Según ha podido saber Atlántico Hoy, el actor ha pasado la mañana rodando en los Apartamentos Costamar, en Los Cristianos, y estará también este martes de 9:00 a 19:00 grabando en el municipio aronero. Eso sí, tras acabar las tomas Levy ha celebrado con su equipo sus 42 años con una comida privada en los apartamentos, acompañada con la música de un mariachi que la productora ha contratado para la ocasión.
Los fans le persiguen
Hace exactamente una semana, Levy estuvo grabando unas tomas en el charco de La Laja, en el norte de Tenerife, donde cientos de personas acudieron para tratar de sacarse una fotografía con el actor al grito de: “¡Qué guapo es!”, según informó Diario de Avisos. Esta vez, el entorno ha sido más exclusivo. Había fans durante el rodaje este lunes, pero no tantos como hace una semana, según ha podido saber este medio.
Desde que Levy llegó a la isla, sus seguidores han ido siguiéndole a todos los puntos de rodaje. Hace dos semanas, a su llegada a Tenerife, protagonizó momentos de auténtico furor para los fans en Santa Cruz.
La serie
Montecristo, adaptación popular de la novela de Alejandro Dumas El conde de Montecristo, está planteado como un thriller de seis episodios que será producido por Secuoya como parte de sus planes de expansión de Secuoya en América. Pantaya, plataforma audiovisual estadounidense dirigida al público hispanohablante, será quien la estrene en EE. UU. y Puerto Rico.
El director es Alberto Ruiz-Rojo, ganador del Goya al mejor cortometraje de ficción por Flash y del guion se encargan Lidia Fraga y Jacobo Díaz.
La historia órbita en torno a Alejandro Montecristo, una figura enigmática que irrumpe en el ojo público y genera preocupación entre la élite mundial porque se desconoce el origen de su fortuna y su pasado. Su empresa despierta la envidia y el interés de muchos, entre ellos Fernando Álvarez Mondego, un empresario relacionado con la aristocracia española que quiere adquirirla. Lo que Fernando no sabe es que Montecristo es alguien a quien conoció hace décadas y el motivo de su surgimiento se alimenta puramente de venganza.