El pasado 30 de agosto, el área de Gestión del Medio Natural correspondiente al Cabildo de Tenerife presentó los resultados del estudio realizado en el terreno donde se están ejecutando las obras del macropoyecto Cuna del Alma, en el Puertito de Adeje.
En el mismo, se desveló la presencia de la planta echium triste, popularmente conocida como viborina triste, especie declarada como protegida y que no se incluía en la Memoria Ambiental de 2018 de los promotores del proyecto turístico, en el que sí se encontraban cardones y tabaibas.
Conociendo la viborina triste
Una situación que ha obligado a la promotora a reformular esa Memoria Ambiental y pedir permisos de tratamiento de los ejemplares de viborina en el lugar. Pero, ¿qué planta es la viborina triste? ¿Cómo es esta especie que ha ralentizado los planes de la constructora?
La viborina es un endemismo canario que se puede encontrar, sobre todo, en el sureste y suroeste de Tenerife y en el noroeste, oeste y sur de La Gomera. Se incluye en el Catálogo Canario de Especies Protegidas, como especie de protección especial.
Especie de Protección Especial
Esta categorización implica que, sin estar en ninguna de las dos situaciones de amenaza de mayor riesgo, como son las especies en peligro de extinción y las especies vulnerables, ni ser merecedoras de atención particular por su importancia ecológica en espacios de la Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos o de la Red Natura 2000, sí son merecedoras de tal atención protección especial en función de su valor científico, ecológico, cultural o por su singularidad o rareza.
Planta perenne, la viborina triste pertenece al grupo de especies herbáceas y se diferencia por sus hojas lineares e híspidas, además de por sus flores, con una llamativa corola blanca o rosácea con tubo estrecho. Puede alcanzar una altura de 60 centímetros y hasta un metro y sus tallos son simples o ramificados en la base.
Echium triste nivariense
Esta especie protegida encontrada en el Puertito de Adeje realmente es una subespecie catalogada como echium triste nivariense (Svent.) Bramwell, ya que fue descubierta y descrita en 1972 por el botánico británico David Bramwell, fallecido en enero de este año en Las Palmas de Gran Canaria, donde se asentó en 1970 y alcanzó la dirección del Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo entre 1974 y 2012.
Según describió Bramwell, estos ejemplares se pueden encontrar, principalmente, entre rocas y en los bordes de los campos secos, entre los 100 y los 300 metros sobre el nivel del mar y en zonas rocosas secas.
La otra subespecie es la echium triste triste, endémica de la isla de Gran Canaria.
Los promotores se justifican
Recientemente, en una entrevista concedida a Atlántico Hoy, el director del proyecto Cuna del Alma, Andrés Muñoz, explicó que ahora que se ha detectado, tras reconocer que no estaba en el inventario, “habrá que hacer la petición correcta para el tratamiento habitual en este tipo de situaciones”.
Así, justificó que “son 400.000 metros cuadrados de suelo” y que si hubiesen encontrado viborina cuando se hizo la Memoria Ambiental en 2018, “se habría incluido y se haría lo habitual con este tipo de especies. Ocultarlo es ridículo. Iría en nuestra contra, no en nuestro favor”.
Especies protegida, no en peligro
Muñoz señaló, además, que la viborina “no es una especie amenazada dentro del anexo de ley”, sino que se encuentra en el anexo 3. “Lo que dice la ley es que para poder trabajar con ellas hay que pedir permiso y explicar qué vas a hacer, pero no dice que no se puedan tocar o quitar”.