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Tenerife

Los trabajadores del tranvía llevarán a Metropolitano a los juzgados tras dos años de conflicto

Para los empleados públicos existe "una guerra de desgaste" por parte del Cabildo de Tenerife a raíz de las elecciones al comité de empresa que tendrán lugar en 2025

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Representantes sindicales de Comisiones Obreras y UGT, en una rueda de prensa sobre el tranvía de Tenerife. / MIGUEL BARRETO-EFE

De momento no se ha presentado la denuncia, pero el procedimiento para llevar a la empresa pública Metropolitano de Tenerife a los juzgados ya corre por los departamentos jurídicos de Comisiones Obreras y UGT. Los sindicatos mayoritarios del comité de empresa han anunciado este viernes que ante la falta de voluntad para sustituir el agente cancerígeno arena de sílice y la ausencia de medidas para proteger a los trabajadores solo les queda la vía penal. Además aseguran que hay una “guerra de desgaste” debido a las elecciones sindicales de 2025 en el seno del comité. 

Tras más de 120 días desde que se reactivó la huelga de trabajadores y después de que se hayan presentado varios informes que certifican que hay trabajadores que están expuestos a la sustancia cancerígena sin que se hayan tomado medidas efectivas, los trabajadores anuncian que “lo siguiente que vamos a hacer es ir a la vía penal”, tal y como ha denunciado el secretario de Acción Sindical de FSC-CCOO, Juan Miguel Suárez Santana

Sin sustituto

Lo ha hecho en una nueva rueda de prensa convocada por ambos sindicatos para reiterar lo que consideran es falta de voluntad por parte de la empresa pública para sustituir el uso de la arena sílice. Hace un año que el cabildo licitó un contrato a la empresa Alstom, fabricante del tranvía, para estudiar la posibilidad de cambiar este componente usado para la tracción del tranvía, sin embargo, un año después y tras parecer que había “voluntad política” los trabajadores vuelven a insistir en que no se avanza en la sustitución de este elemento. 

“Nosotros hemos hecho todo lo que teníamos que hacer, la inspección de trabajo ha hecho su trabajo, el Instituto Nacional de Silicosis (INS) ha hecho su trabajo”, ha remarcado Santana ante lo que ha avisado que “el que no ha estado en el lugar que le corresponda se va a tener que ver en los juzgados”. 

Por encima de lo recomendado

Según ha señalado el secretario general de la federación de servicios, movilidad y consumo de UGT, Marco Antonio Hernández, el INS ha hecho un informe que no está finalizado “diciendo que sí hay que tomar medidas” porque hay valores por encima de lo normal, algo que ha asegurado que lo han puesto en tela de juicio desde la empresa. Por ello justifica que cuando avisan de que no solo está en riesgo la salud de los trabajadores sino también la de la ciudadanía no es “alarma social”, sino la realidad de los informes. 

“Lo dice el INS, esta gente ha estado dos años diciendo que aquí no pasa nada y ya tenemos a siete trabajadores afectados”, recalca Suárez Santana quien apunta que no se sabe cuántos trabajadores más pueden haber afectados dado que hay que hacer nuevas evaluaciones de los puestos de trabajo. De hecho, el INS evaluará algunos puestos de trabajo este octubre después de que enviara un burofax asegurando que se ha detectado exposición al polvo de sílice en todos los puestos, lo que posteriormente ha derivado en la cancelación de los trabajos de jardinería, tal y como ha explicado el responsable de riesgos laborales Jonay Acosta

Sin reuniones

A esto se suma que “el último requerimiento de la Inspección de Trabajo les da dos semanas para tomar las medidas preventivas y el lunes se cumple el plazo sin que la empresa las haya tomado” ante lo que asegura Acosta que están “provocando hasta el último momento”. Según valora el técnico no hay razones para no cambiar la arena de sílice ya que sustituirlo por arena de calcio incrementa el coste, pero asegura que una empresa como Metropolitano puede asumirlo. Frente a eso, desde la empresa pública están a la espera del informe de Alstom para sustituir definitivamente este compuesto. 

Pero la sustitución de la arena de sílice es solo una de las líneas rojas de los 36 puntos que han motivado la huelga de los trabajadores, con la elaboración del plan de igualdad como otro de los factores fundamentales. Los trabajadores han reclamado al Cabildo de Tenerife y en especial a la presidenta insular, Rosa Dávila, que tome las riendas de la negociación, ya que actualmente no hay reuniones programadas entre sindicatos y la empresa. 

Mensaje al cabildo

Suárez Santana ha calificado de “apisonadora política” a Rosa Dávila a quien ha aconsejado que se “deje de preocupar de la situación” para ocuparse del problema que les afecta. “Están tardando ustedes en convocarnos para explicarles con detalle lo que está pasando en esta empresa y cómo no se toman las medidas, que todos los órganos en un país como el nuestro democrático [...] saltan por los aires en nuestra empresa, porque con la salud de los trabajadores nosotros no vamos a negociar”, ha avisado. 

Incluso ha lanzado una respuesta al consejero de Presidencia, Administración y Servicio Público, Planificación Territorial y Patrimonio Histórico, José Miguel Ruano, asegurando que esta no es “una huelga artificial” porque “la huelga es el único camino que tienen los trabajadores para defender nuestra salud, y el único camino que tenemos para defendernos de los negacionistas que están al frente de esta empresa que llevan más de dos años mirando para otro lado cuando en este país lo que tienen que hacer las administraciones públicas es ser garantes de la aplicación de la ley”, ha manifestado en relación al decreto que regula la intervención ante sustancias cancerígenas

Futuras elecciones

Tras más de dos años de conflicto y más de 100 días de huelga ininterrumpida, los trabajadores denuncian que la falta de negociación por parte de la empresa que pertenece al Cabildo de Tenerife se debe a las elecciones sindicales que se van a celebrar en 2025 en el seno del comité de empresa. Actualmente están presentes Comisiones Obreras, UGT y Sepca, pero solo los dos primeros secundan la huelga. 

Los sindicatos temen que si no prosperan las negociaciones, dado que no hay reuniones convocadas, los trabajadores puedan optar por otras siglas más afines a la posición de la empresa, si bien avisan que ya mantuvieron la presión sindical hace varios años y la mantendrán ahora.