Los trabajadores del ITER rompen su silencio: “Estamos ahogados por las condiciones”

Con unos sueldos bajos para el sector y con una nula proyección laboral, muchos trabajadores han optado por abandonar el instituto, que además se va quedando cada vez más solo por la incapacidad para reponerlos

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Trabajadores del ITER. / ITER
Trabajadores del ITER. / ITER

En todos los años de funcionamiento del Instituto Tecnológico de Energías Renovables de Tenerife (ITER) los conflictos laborales han sido escasos. Pese a que los trabajadores llevan más de 20 años con el mismo convenio, la falta de un comité de empresa provocó que las propuestas de mejora de los trabajadores quedaran congeladas. Con unos sueldos bajos para el sector y con una nula proyección laboral, muchos trabajadores han optado por abandonar el instituto, que además se va quedando cada vez más solo por la incapacidad para reponerlos. 

“Cuando una empresa como esta que nunca se ha quejado de nada está pidiendo auxilio es que pasa algo”, apuntan desde la representación sindical del CSIF. La salida voluntaria de alrededor de 10 trabajadores en los últimos cinco meses ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de los empleados. Las causas las encuentran los trabajadores en un salario que está por debajo del resto de empresas públicas, la ausencia de proyección laboral en la empresa y la falta de cobertura de los puestos de trabajo que han quedado desiertos, todo provocado por la ausencia de un convenio colectivo actualizado y que ha derivado en una desmotivación generalizada

Sin capital humano

"La situación que tenemos hoy es muy preocupante porque empezamos a perder capital humano", alertan desde el sindicato mayoritario en el comité de empresa actual, que tiene cuatro años de vida. Según trasladan ya la situación era preocupante hace tres años, pero aseguran que la pérdida de trabajadores cada vez es mayor, especialmente en los últimos meses. Un hecho que se ve agravado por la incapacidad para reponer esos puestos de trabajo, problema que afecta incluso al departamento de recursos humanos. "El problema está en que no tienes motivación, no tienes sueldo, no tienes formación, y encima tienes exigencias, entonces la gente prefiere irse", denuncian. 

La consejera delegada del ITER, Begoña Ortiz, admite el problema de la desbandada de trabajadores y de las plazas que no se han podido cubrir. "Estamos en un sector que estamos en pleno empleo, hay fuga de talento. Eso se nos suma a la situación que tenemos en el ITER, se nos está yendo talento pero igual que se está yendo en otros sitios", justifica Ortiz, quien también asegura que el hecho de que el instituto se localice en el sur de la isla no hace tan atractivo trabajar ahí, una posición que rechazan ampliamente los trabajadores. 

Instalaciones del Instituto Tecnológico de Energías Renovables. / ITER
Instalaciones del Instituto Tecnológico de Energías Renovables. / ITER

Sin motivación

La sensación general de los profesionales del ITER es de desasosiego. El sentimiento que trasladan a Atlántico Hoy tres empleados, que no quieren dar sus nombres pero que trabajan en diferentes áreas del ITER, es de haberse quedado estancados hace 20 años debido a la no actualización de sus sueldos. Como empleados públicos tienen las actualizaciones anuales, aunque denuncian que en comparación con el resto de empresas públicas y de los sueldos que hay en el sector el agravio es importante. 

“Yo he vivido la buena época, en la que venían muchos proyectos y había mucha ilusión. Trabajábamos con gusto, ahora no, ni siquiera hay dirección técnica”, critica una trabajadora, quien añade que “el ambiente es de absoluta desidia" y que "nos sentimos absolutamente abandonados”. Otra trabajadora se expresa en las mismas formas: "Yo veo a todo el mundo desganado, yo también me incluyo. Y hasta arriba de trabajo". "Estamos ahogados por las condiciones que tenemos", denuncia otro de los trabajadores.

A la desmotivación también contribuye la falta de proyección laboral en el instituto. Todos los trabajadores consultados llevan más de 10 años trabajando en el instituto y todos muestran su rechazo al hecho de que ven imposible ascender a los puestos de responsabilidad. Algunos incluso señalan que en sus años de trabajo solo han visto una promoción. Además, se suma el hecho de que pese a llevar incluso 15 años trabajando en el mismo puesto de trabajo, la única diferencia salarial con un nuevo trabajador de la misma categoría son 45 euros. 

La negociación

El convenio que actualmente rige en el ITER se firmó en 2002, lo que ha provocado la falta de mejoras. Ortiz asegura que desde su llegada al cargo en diciembre su primer compromiso fue actualizar el convenio. En enero fue la primera reunión que puso en marcha la negociación. Según explica la consejera delegada, el convenio cuenta con tres bloques, el primero ya se le entregó al comité y el segundo bloque se está trabajando con Recursos Humanos tanto de la empresa como del Cabildo.

Al respecto asegura que están en un punto “bastante avanzado”. En este bloque se negocian las categorías de los puestos de trabajos, que si bien la consejera asegura que no se ha entrado de lleno, en este punto se redactan los turnos, algo “que sí tiene un punto más de complejidad por las características del ITER”, confiesa. "Como empresa nos interesa tener un convenio colectivo, porque no solo salen ganando los trabajadores sino la empresa en su conjunto", valora Ortiz.

Pese a que el convenio se está negociando hay desesperación por parte de los trabajadores, por el miedo a que esta situación se prolongue más tiempo, mientras hay empleados que dimiten y las cargas de trabajos de distribuyen. Todos los trabajadores consultados admiten que piensan en irse a otra empresa. Algunos ya buscan nuevas ofertas, otros todavía tienen esperanza, pero admiten que si se mantiene la situación tomarán otro rumbo laboral. 

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