El polémico proyecto para la construcción de un circuito del motor en Tenerife parece que ya ha comenzado. Al menos lo ha hecho la colocación de una serie de vallas que perimetran las obras, según ha denunciado el colectivo de arqueología social Imastanen, quienes avisan de la presencia de bienes arqueológicos en la zona. Por segunda vez, la maquinaria volverá a Atogo, donde ya se está instalando un vallado que en un primer momento no estaba previsto y que se adjudicó la semana pasada.
Según recoge la plataforma de contratación del Estado, justo el pasado miércoles se adjudicó un contrato a la empresa Sacyr, encargada de las obras, para la “colocación de un cerramiento provisional de obra para garantizar la total seguridad del espacio durante la ejecución de las obras, evitando actos vandálicos al Medio Natural y Patrimonio Arqueológico e Histórico imposibles de prever durante la redacción del proyecto”, recoge el documento de la adjudicación. Esto suma a la factura del proyecto 186.145,37 euros más.
Más de 44 millones
En total, según la plataforma, la cuantía destinada a la construcción del polémico proyecto asciende a 44.342.634,42 euros, pese a que en un primer momento se había aprobado que el expediente de contratación ascendiera a los 58 millones de euros, tal y como recogen los pliegos. Se estima que una vez comiencen las obras de la primera fase, el proyecto de construcción durará 40 meses en tres fases diferentes.
El colectivo Imastanen ha asegurado que las obras del vallado ya han comenzado, tal y como ha publicado el diario Canarias Ahora. Según el colectivo, el año pasado se informó a Protección de la Naturaleza del Gobierno de Canarias y al área de Planificación del Territorio, Patrimonio Histórico y Turismo del Cabildo de Tenerife un total de 19 unidades arqueológicas existentes, 17 etnográficas y 3 arquitectónicas.
Ante ello, esperan que se hayan tomado medidas de protección de los yacimientos y preguntan sobre su destino. Desde el Cabildo de Tenerife no han confirmado a Atlántico Hoy al respecto de si han comenzado el total de las obras del circuito o si es solo el vallado, y tampoco han dado respuesta al respecto de si se han trasladado los yacimientos de los que informa la asociación.
La declaración ambiental
Parte de la polémica que rodea este proyecto corresponde a la caducidad de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de las obras. La DIA actual data de hace más de 13 de años y la propia Comisión de Evaluación Ambiental de Tenerife aconsejó en 2022 realizar de nuevo el procedimiento al considerar que la misma estaría caducada, ante lo que señalaban que esto invalidaba “la reanudación de las obras ligadas al proyecto constructivo del circuito del motor y accesos”.
Pese a ello, el anterior área de Carreteras, consideraba que no se incurre en la pérdida de la vigencia de la declaración de impacto ambiental debido a que en 2016 se llevaron a cabo una serie de movimientos en el terreno a modo de obra. El propio Denfensor del pueblo también considera la caducidad del documento ambiental.