A tan sólo unos metros del retén policial que corta la carretera hacia El Teide desde el casco urbano de La Esperanza hay un supermercado Alteza que se convirtió este fin de semana en el último supermercado abierto antes de adentrarse en las llamas. De hecho, la tienda tuvo que ser evacuada hasta en dos ocasiones.
El frente de La Esperanza está estabilizado, pero durante los angustiosos días del jueves y el viernes el fuego amenazó con llegar al casco. Desde el aparcamiento del Alteza, entre carritos de la compra, coches y mucho humo, podían verse perfectamente las lenguas de fuego consumiendo los pinos de la ladera que hay justo en frente, antes de llegar a Las Lagunetas.
Las llamas se veían desde el supermercado
Yésica, encargada del supermercado, cuenta a Atlántico Hoy que mucha gente se arremolinó en el parking del establecimiento a mirar las llamas, incrédulos con la cercanía del incendio.
El jueves por la tarde, se decretó el desalojo de la zona y ella tuvo que ir, junto con un compañero del trabajo y personal de mantenimiento, a clausurar el supermercado, para el que dejaron preparado un generador de emergencia por si el incendio inutilizaba las líneas de suministro eléctrico.
Desalojos
Al día siguiente por la mañana, a priori, podían volver a abrir, pero en el último momento se volvió a desalojar Las Rosas y todo el personal tuvo que volver a su casa. Desde que terminó ese desalojo, el Alteza ha estado abierto, atendiendo las compras de los preocupados vecinos de La Esperanza y ante la mirada de los guardias civiles que controlan que nadie se acerque al perímetro del incendio.
Yésica explica a Atlántico Hoy que el flujo de personas que van al establecimiento se ha mermado desde que comenzó el incendio, sobre todo a raíz de distintas evacuaciones, pero destaca que el comportamiento de la clientela ha sido ejemplar.
Se compró mucha agua
A diferencia de lo que sucedió con la crisis epidemiológica de la COVID-19, cuando los estantes de determinados productos básicos se vaciaron en los supermercados de toda España, durante los días más intensos del incendio en este frente los vecinos han sabido mantener la calma y no arrasar con el supermercado.
Sí es cierto que se han consumido durante estos días especialmente productos de primera necesidad, "sobre todo agua", explica la encargada del Alteza.
El fuego ha secado completamente el ambiente y eso, sumado a los cortes en el suministro de agua que se han producido en distintas zonas de Tenerife como consecuencia de la rotura en el canal de Aguamansa, ha elevado la demanda de agua embotellada.
Se logró parar el avance
Las cosas parecen haberse calmado un poco en La Esperanza, que se convirtió durante el fin de semana en primera línea de batalla contra el fuego. Su alcalde, Escolástico Gil, permanentemente en el puesto de mando avanzado, fue informando a los medios de comunicación de cómo el fuego se acercaba peligrosamente al casco urbano, llegando incluso a afectar a algunas edificaciones del campamento Quimpi, en Las Lagunetas.
El formidable esfuerzo de los equipos de extinción de incendios ha permitido estabilizar el frente en este municipio y celebrar que ninguna persona ni vivienda se haya visto afectada.