Así será para los vecinos la obra del tercer carril de Guamasa: 20 meses, ruido y polvo suspendido

Salud Pública recrimina al Cabildo de Tenerife que el proyecto no contiene medidas de medición de calidad del aire ni prevé sistemas para reducir el ruido

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Autopista TF-5 a la altura de Guamasa./ ARCHIVO
Autopista TF-5 a la altura de Guamasa./ ARCHIVO

La Viceconsejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Energía ha hecho público este martes el acuerdo de la Comisión Autonómica de Evaluación Ambiental relativo al Informe de Impacto Ambiental del proyecto del tercer carril en la autopista TF-5, entre Guamasa y el aeropuerto norte de Tenerife.

Se trata de un proyecto del Cabildo de Tenerife que consiste en la adecuación de la calzada de la TF-5 para pavimentar un tercer carril desde el actual cruce de Guamasa, en el kilómetro 15, hasta el enlace actual de San Lázaro, en el punto kilométrico 11,4, siempre dirección Santa Cruz. La obra implica también realizar modificaciones en esos dos y otros enlaces para mejorar la fluidez de las entradas y salidas a la autopista.

El tercer carril se verá extendido en 3,6 kilómetros para mejorar su fluidez y reducir los accidentes. El importe de ejecución ronda los 55 millones de euros.

Hace un mes y medio, la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, declaró que "todos los informes son positivos y ningún área ha puesto reparos” en llevar a cabo el proyecto. Con todo conforme, la evaluación de impacto ambiental sigue adelante, si bien se prevé que cause molestias en un vecindario que viene tiempo quejándose de las medidas adoptadas por la corporación insular para mitigar la densidad del tráfico en el entorno de Guamasa.

Ahora, el documento que se hace público revela los análisis de la Dirección General de Salud Pública sobre el impacto que tendrán las futuras obras del tercer carril en los vecinos. 

Polvo en suspensión

Así, la dirección general explica que “la atmósfera puede verse afectada en relación con la calidad del aire debido a la suspensión de partículas de polvo levantadas durante la fase de obras a consecuencia de la ejecución de excavaciones, tránsito de maquinaria, movimientos de tierras y transportes de material, etc. La calidad del aire se verá afectada por la emisión de focos fijos y móviles pudiendo producir un impacto potencial sobre la salud de las personas”. 

Además, indica que concurren tres circunstancias: que algunas viviendas se encuentran a menos de 50 metros del lugar donde se harán las obras, que estas durarán 20 meses y que el proyecto "no propone medidas en caso de superación de los niveles permitidos o en caso de quejas vecinales”.

En el programa de vigilancia y seguimiento ambiental presentado por el Cabildo de Tenerife, además, establece como método de control de las emisiones de partículas de polvo y gases la “inspección visual”. Alo que chirría enormemente a Salud Pública, que entiende que "debe utilizarse una evaluación instrumental objetiva y no la mera inspección visual que podría resultar inefectiva para valorar la exposición de las personas, siendo recomendable la realización de campañas indicativas (con medición de los niveles de inmisión de partículas en proximidad de viviendas), de forma que se pueda prevenir y/o reducir la exposición al material particulado y afectar a bienes personales, medioambientales o de otra naturaleza".

Ruido

En cuanto a las emisiones de ruido y vibraciones, el informe del proyecto indica que “las causas principales de emisiones de ruido serán las producidas por el tráfico de camiones y maquinaria pesada, las excavaciones, voladuras y movimientos de tierra. Las emisiones se consideran de magnitud alta por la duración de la obra que se desarrollará durante 20 meses”.

El Cabirdo de Tenerife aportó al informe un estudio de ruidos en el que se identificó un problema con los niveles de ruido provocados por el tráfico de la autopista percibidos por la población de la zona en los diferentes periodos (dia, tarde y noche). Salud Pública considera que, en consecuencia, "se debería de estar aplicando un plan zonal específico para reducirlo".

Sin embargo, tras la ejecución de la obra no se prevé "ninguna medida minimizadora y/o protectora para mejorar esta afectación", destaca Salud Pública. Es decir, "que las obras previstas no van a mejorar la exposición al ruido que ya existe en la actualidad y que ya está generando molestias, además de estimar y saber el promotor que las operaciones que van a realizar van a someter a esas mismas personas a mayores niveles sonoros mientras dure la obra".

La dirección general zanja esta cuestión afirmando que "ante un proyecto de esta envergadura, debería tenerse en cuenta este hecho y considerar la mejora de los niveles presión acústica, respecto a la situación actual en la que se superan los niveles permitidos. Por tanto, se considera condición necesaria que en el proyecto de modificación de la TF-5 se incluya la incorporación de medidas físicas mitigadoras del ruido y que una vez implantadas sea comprobada su efectividad".

Favorable con peros

Por todas estas cuestiones, sumadas a consideraciones sobre el impacto en el tráfico del vecindario y sobre el impacto visual en el paisaje preexistente que la dirección general pide minimizar, Salud Pública ha dado el visto bueno al proyecto pero "condicionado a que se diseñen las medidas necesarias frente al ruido para evitar que las personas de la zona de influencia se expongan a niveles iguales y/o superiores a los actuales por la actividad proyectada y se aporte una nueva modelización que incorpore estas medidas confirmando el cumplimiento de la normativa vigente en la materia.”