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Tenerife

Rosa Dávila: "Cuando me entero del incendio aun estaba vestida de maga"

La presidenta del Cabildo de Tenerife recuerda en Atlántico Hoy cómo fueron los primeros momentos del gran incendio que asoló Tenerife y que se inició hace hoy justo un año

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La presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, junto al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, en la comparecencia ante los medios en el Puesto de Mando Avanzado en Arafo / EFE RAMÓN DE LA ROCHA

La noche del 15 de agosto de 2023 no será recordada por la ofrenda que anualmente se realiza a la Patrona de Canarias, la Virgen de la Candelaria. Tristemente, y solo por esta ocasión, la memoria selectiva de los tinerfeños recordará que fue el comienzo del incendio forestal -entre Arafo y el propio municipio de Candelaria- más grave que ha sufrido la isla desde que se registra los datos de los mismos. Más que por las hectáreas, por la potencia y el comportamiento de las llamas.

Este jueves, un año después, toca recordar los momentos de máxima tensión que se vivieron en las primeras horas y primeros días de la mano de la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, quien llevaba 40 días en el cargo y que asumió la crisis, junto al Gobierno de Canarias, para tratar de mitigar unos daños que, por suerte, nunca fueron personales.

Pregunta: ¿Cómo recuerda los últimos momentos de tranquilidad antes de que se iniciara el fuego?

Respuesta: Yo estaba Candelaria porque eran los días de la Patrona. De hecho, acababa de conocer a Alejandro, el responsable de Protección Civil, porque habíamos preparado todo el peregrinaje. Recuerdo que eran días de mucho calor y que de hecho habíamos cerrado los senderos. La Operación peregrino, que se llamaba así el año pasado, la habíamos preparado solo para que se pudiera acceder por la carretera vieja, porque estaban cortados todos los senderos por el monte porque habíamos pasado una hora de calor muy fuerte.

¿Dónde se encontraba y cómo se entera del comienzo del incendio?

R: Eran las 11:15 de la noche, yo acababa de llegar a casa, pero todavía estaba vestida de maga y me llama Blanca (conejera de Medio Natural y Emergencias) y me dice "oye, tenemos un conato que parece que es feo, pero acuéstate descansa”, porque habían sido días intensos con la procesión y todo lo que conlleva. “Acuéstate y yo te tengo al tanto”. Cuando me dijo dónde estaba el conato, que era en un barranco en la zona de Arafo, Candelaria... No me gustó nada, eso es una zona muy escarpada de muy difícil acceso, los vientos por la noche son muy fuertes, teníamos vientos fuertes ya previstos, así que me cambié de ropa, me puse unos vaqueros y una camiseta y me vine para acá. Me acuerdo perfectamente que entré y estaba José María, uno de los técnicos de extinción. Tuvimos una reunión en la sala operativa, me explicó la situación y me dijo que estaba muy mal, que era muy difícil acceder, que no íbamos a tener los helicópteros hasta el día siguiente, porque era de madrugada, y vimos las primeras imágenes de la situación del incendio que nos estaban mandando la gente que estaba en primera línea.

¿Cuáles fueron las primeras decisiones?

R: En aquel momento ya tomamos la decisión de elevar a nivel 2. Recuerdo que hice dos llamadas: una al capitán de la UME, Gregory, que además había venido al cabildo a presentarse el día anterior y me había dejado su móvil. Lo llamé y le dije “prepárate porque te van a activar en breve. Voy a elevar a nivel 2 el incendio que tenemos en Arafo”; y la siguiente llamada fue a Fernando Clavijo. “El presidente del Gobierno de Canarias en menos de 20 minutos ya estaba entrando también por la sala operativa, decretando el nivel 2 y activando a la Unidad Militar de Emergencia. Solo pasaron tres horas para cambiar el nivel y ver que era un incendio distinto.

¿Cuándo se dan cuenta de hasta qué punto puede ser grave?

R: ya vimos que llegábamos a una situación de que el incendio generaba su propia meteorología. Tenía una nube convectiva que hacía que nos fuera imposible predecir la dirección en la que caminaba el incendio. Lanzaba pavesas cerca de 6 kilómetros. En La Laguna llegaban pavesas encendidas. Al mismo tiempo había dos grandes incendios mundiales, como eran el de Hawái, donde falleció gente, y los de Canadá. Es decir, hablamos de lugares con tanta capacidad como la nuestra y, sin embargo, era imposible abarcar incendios de esa magnitud que se comportan como incendios de sexta generación.

¿Pudo separar en algún momento a Rosa Dávila presidenta de Rosa Dávila ciudadana?

R: No. La persona no existió. Dejó de existir durante, al menos, los siguientes 10 días, vivíamos aquí. Además, al día siguiente tenía programado irme de vacaciones, que me gusta veranear aquí en el Médano. Tenía cogido un apartamento con mis dos hijas y creo que me pase 73 o 74 horas sin dormir, pero ni siquiera el cuerpo te lo pide. Tienes tanta adrenalina y tanta tensión que el cuerpo no te pide ni siquiera descansar. Eso es algo que nos pasó a todos. Sin embargo, mis hijos me llamaban y me decían que les mandara un Glovo. El equilibrio entre la parte madre y la parte presidenta. Entonces decidí que lo mejor era que mis hijos se fueran al apartamento con mi madre y yo poder estar mucho más tranquila.

¿Y cuándo descansaba?

R: Recuerdo perfectamente a Pedro Martínez -Tito-, a las 60 y pico horas largas de incendio decirme “Rosa, tienes que descansar porque esto va para largo y vas a tener que tomar decisiones muy duras, así que necesitas dormir”. Me acuerdo que me fui para casa. Ese día venía del Puesto de Mando Avanzado de La Orotava y algunos se quedaron dormidos porque era de madrugada. Me dejaron en casa, me acosté y me desperté pensando que había dormido 8 horas. Cuando miré el reloj solo había dormido una hora, pero era como si hubiera descansado 8. El cuerpo estaba completamente relajado, descansado. Me di una ducha y me volví a subir al centro de coordinación y durante los siguientes 10 días apenas todos dormíamos 2-3 horas y el cuerpo no te pedía más. Aquellas salas se convirtieron más o menos en salas de descanso con una colchoneta de estas que se monta improvisadamente, como las que montamos en los centros donde acogíamos a las personas que eran evacuadas. Aquí vivimos durante más de 10 días.

¿Cómo fue luchar contra los bulos?

R: Yo tengo que agradecer muchísimo a los medios de comunicación la enorme labor de difusión que hicieron de la información que evacuábamos desde aquí, porque ya cada vez es mucho más difícil luchar contra los bulos y las fake news. Voy a contar algo que probablemente pocos medios de comunicación hayan recogido durante todo este tiempo. Tuvimos muchos ataques desde Rusia que eran bots que se encargan de mandar mucha información falsa para intentar que la situación de emergencia se volviera todavía mucho más complicada de resolver. Generar caos. No solo tienes una guerra contra el incendio, sino que tienes una guerra mediática en las redes. Los bots y los algoritmos funcionan de manera que detectan una zona sensible, un problema sensible, y mandan mucho fake news que, además, la gente retuitea pensando que es real y no lo es. Le doy muchísimo valor al trabajo de los medios de comunicación y que de verdad fueron todos muy rigurosos a la hora de informar cuáles eran las zonas de evacuación; el pedir a las personas cuando tuvimos confinar parte del municipio de El Rosario fueron clave los medios de comunicación. Nos obligó a nosotros a dar tres veces al día ruedas de prensa para informar y tranquilizar y, sobre todo, para que la gente tuviera la información de primera mano y siguiera las indicaciones de las autoridades.

¿Cambiarías algo en retrospectiva?

R: A toro pasado nos ha permitido aprender mucho, a trabajar conjuntamente y codo con codo, mucho más si cabe, los ejercicios de entrenamiento y la formación de las brigadas forestales con los bomberos, porque hemos aprendido que los incendios ya no son estrictamente forestales, sino chocan contra los núcleos poblacionales con muchísima rapidez. Hemos aprendido a que hay pirómanos incendiarios que deliberadamente meten fuego y que nos conocen muy bien por dentro y, con lo cual, tenemos algo con lo que tenemos que luchar. Como sabes, le hemos declarado la guerra a los incendiarios y hemos conseguido detener, entre todos, a cuatro personas que presuntamente estarían detrás de varios incendios provocados en la zona de Vilaflor, San Miguel y La Esperanza.