Tenerife puede presumir de ser una isla en la que casi todo el año apetece un baño. Lo habitual es hacerlo en el mar, pero darse un chapuzón en una piscina nunca está de más y mejor aún si viene acompañado de unas espectaculares vistas al Teide y una copita de vino de los viñedos del norte de la isla.
Recientemente, una espectacular piscina con la forma de Tenerife se ha hecho conocida en toda la isla gracias a una publicación de la cuenta cómica Canary Meme. En ella aparece una foto aérea de la piscina acompañada del texto: "Todos mis respetos al dueño de esta piscina en El Sauzal". El post ha sido compartido centenares de veces y ha hecho que muchos se pregunten dónde está la ya famosa piscina.
Rama de la compañía PIDA
Atlántico Hoy ha podido hablar con Orlando Acosta, el gerente de Bodegas Linaje del Pago y los Apartamentos Linaje del Pago donde se encuentra la piscina, que ha explicado a este medio su peculiar historia y la del negocio donde se encuentra.
La bodega y los apartamentos son propiedad de Jesús Francisco Gómez Méndez, empresario güimarero conocido popularmente como Paco Gómez y propietario de la empresa de productos importados de alimentación PIDA S.A, especializada en la importación y distribución de productos cárnicos, refrigerados y congelados, participando en empresas tan conocidas en el Archipiélago como 5 Océanos.
Una casona del siglo XVI
Gómez adquirió en 2018 la propiedad de una casona del siglo XVI en El Sauzal, que tenía un terreno colindante que se había utilizado como una antigua bodeguita llamada La Palmera, aunque en el momento de la transacción estaba en estado de abandono. En el patio de la casona estaba la icónica piscina con la forma de Tenerife, aunque era algo diferente a como se ve hoy en día.
La bodega original fue fundada por don Roberto Torres del Castillo. Era pequeña y se situaba dentro de la propia casa. Como Torres del Castillo era un empresario de la construcción, que de hecho edificó buena parte de La Cuesta y La Laguna, teniendo hasta un parque en su honor en Aguere, aquella bodeguita primigenia no era más que para una producción muy pequeña y recreativa.
Cuando Torres del Castillo falleció, la bodega y la casona pasaron a manos de sus hijos que, sin saber cómo sacarle rentabilidad a ese negocio, la vendieron a Paco Gómez. Originalmente, la idea del empresario dueño de PIDA era hacer una inversión inmobiliaria: compras, restaurar y vender.
La bodega no se vende
No obstante, tras convertir aquella bodeguita La Palmera en la bodega de última generación que es hoy en día, los Gómez decidieron continuar adelante con el negocio del vino. José María Gómez Medina, hijo de Paco Gómez, se puso al frente de la misma como director y tomó la decisión de vincularla con el edificio de la vieja casona del siglo XVI, que se reformó para alojar cinco villas independientes con capacidad para 18 huéspedes. Bodega más apartamentos de lujo.
En el patio de esa edificación, con vistas al Teide y a los viñedos, continuaba existiendo la piscina con la forma de Tenerife que en su día había construido Roberto Torres del Castillo. Orlando Acosta narra a Atlántico Hoy que, originalmente, los nuevos propietarios de la finca barajaron la opción de tapiarla porque no cumplía con la normativa. Era demasiado profunda, su perímetro demasiado cortante...
Reforma de la piscina
Pero, finalmente, decidieron que era un elemento llamativo para las villas, que además podría servir como eje para la celebración de otros eventos como bodas, así que retiraron un trampolín que tenía, elevaron el fondo, quitaron los cortes y la pusieron en funcionamiento. Entre la destartalada, vacía y abandonada piscina que había en el lugar cuando los Gómez adquirieron la propiedad y lo que hay hoy en día, hay un mundo.
Todas estas reformas se llevaron a cabo apenas un mes y medio antes del inicio de la pandeia de la COVID-19. Algo que lastró un poco los primeros pasos del tándem bodega-apartamentos, pero que a la postre resultó beneficioso. Tras los confinamientos, todavía con estrictas restricciones, muchos tinerfeños optaron por pasar sus vacaciones en la isla en entornos rurales. Ahí fue cuando se puso en valor la combinación entre los apartamentos y la bodega como fórmula de enoturismo.
Vinos premiados
Hoy en día, la bodega ofrece catas, visitas guiadas e incluso ha dado conciertos de música clásica. Las villas de la casona se pueden reservar desde plataformas como Booking, pero si se hace directamente con Linaje del Pago las visitas a la bodega están incluídas.
En este lustro en el que la empresa ha estado funcionando, los vinos que produce han ganado 14 premios, incluido un primer premio de España. Además, la Universidad de La Laguna otorgó a Bodegas Linaje del Pago el premio a la mejor propuesta empresarial enoturística. Y es normal, cualquiera querría tomarse esa copita de vino en la piscina tinerfeña mientras ve el sol ponerse tras el Teide.