Hace ya casi un año comenzaba el terrorífico incendio de Tenerife, iniciado entre Arafo y Candelaria que conmovió a la población y movió a una cantidad ingente de profesionales de todos los sectores, emergencia o no, que trabajando en conjunto pudieron enfrentar las llamas durante más de dos meses, salvaguardando la vida de las personas.
Uno de esos profesionales que ayudó a dar a conocer las claves del incendio en u lenguaje de calle para que todos los tinerfeños comprendieran lo que estaba ocurriendo fue Pedro Martínez Tito. Hasta tres veces por día salía en rueda de prensa a explicar los avances del fuego, convirtiéndose, gracias también a su locuacidad y simpatía, en uno de los profesionales más reconocidos de la crisis.
Hombre exclusivamente de equipo, no le gusta que se personalice en su persona la tremenda labor de todos los que afrontaron el reto de las llamas, pero es inevitable comprender que verle tantas veces en la televisión le convirtió, a su pesar, en uno de los protagonistas mediáticos de aquellos meses.
Comprometido con su tierra y su profesionalidad, recientemente se fue de vacaciones lejos de la isla con el nudo en la garganta de una culpabilidad, que no le corresponde, por si ocurría algo en su ausencia y no podía aportar su enorme grano de arena el mismo día.
Pregunta: ¿Cómo se entera del incendio y cuál fue su primera reacción?
Respuesta: Por explicarlo todo un poco. Hay tres técnicos siempre de guardia de los ocho que tenemos. Yo estaba trabajando en eso hasta que hace tres años entro como Jefe de Servicio. Entonces, cuando empieza el incendio, en los primeros momentos las movilizaciones son de esos técnicos. Cuando se decide subir a nivel 2, después de unas tres horas, ya me llaman. Me acuerdo que fue sobre las 5 de la mañana. Me llamó José María (jefe del operativo Brifor) y además me llamó jefe, que nunca me llama así. Me dice "Jefe, nivel 2. Vente para acá". Estaba dormido y sin más explicaciones. Lo primero son las reacciones fisiológicas, sobre todo cuando hay ola calor, porque automáticamente el estómago se te cierra. Ya empiezas en otra disposición.
Y se desplaza al Cecopin...
R: Llego a las 6 de la mañana. Las fases iniciales son las más desordenadas porque tienes que establecer unos cuadrantes de ataque a gran incendio y es cuando movilizas a la UME y a los servicios extraordinarios, pero cuando llego ya estaba terminando ese desorden y ya se había establecido qué se evacuaba, qué no. Yo lo que intentaba en esa fase era participar en los cambios de turnos de técnicos y, además, con la ventaja que tenía yo que es que me mantengo con todo el hilo conductor del incendio.
¿Lograba descansar algo entre apariciones televisivas y recopilación de información?
R: Tenía una hora para comer y por la noche era un descanso que no me llegaba a las 3 horas. Sí me quedaba dormido, pero me despertaba. Eso fueron los nueve días iniciales, pero es verdad que me permitía tener el hilo conductor. Hay que contarle al técnico rápidamente y con líneas negras que está funcionando, que no está funcionando, que meteorología tenemos, qué cosas han pasado, qué problemáticas, que se ha evacuado, para que tenga una foto rápida y se pueda ir al incendio con una foto rápida.
¿Cómo y cuándo le afectó el cansancio y los equipos de campo?
R: El cansancio empezó a hacer mella a las capacidades al cuarto o quinto día. Un técnico que lleve cuatro turnos seguidos muy difíciles en los que, además, no ha salido nada de lo que se ha intentado, con muchos problemas, muchas evacuaciones, mucho ruido de fondo, muchas llamadas... Tener claridad para tomar decisiones ya empieza a complicarse. Tuvimos problemas al séptimo día cuando ya empezamos a tener mejores sensaciones, que también la tenía el personal de campo. Bajaron la tensión y entonces hubo tres o cuatro accidentes de coche. ¿No hemos perdido nada contra el fuego y vamos a perder a alguien por un accidente porque se han quedado dormido por falta de descanso?. Cumplías la norma legal, pero la realidad es que la gente que sale del incendio, aunque tenga el tiempo determinado, tarda en dormirse.
¿Cómo es la toma de decisiones cuándo de las mismas depende la vida de muchos?
R: Es verdad que hay un chip que se genera y hay un momento en que no eres consciente de todo lo que está pasando realmente. Tomas decisiones de carácter técnico, analizas todo objetivamente, ves lo que tienes que hacer, por dónde va... Tomas una decisión de carácter objetivo, pero cuando decides que hay que a evacuar o confinar La Esperanza, porque sabes que es lo menos malo, no eres consciente del efecto real que tienes sobre las personas y creo que es un mecanismo de defensa. Si yo pienso en el riesgo en cada momento que tiene mi personal, si pienso profundamente en eso, me bloqueo. Es un mecanismo de defensa y creo que se activa desde el primer momento. Automáticamente entran los protocolos que están entrenados y es lo que da seguridad. Pero todo parte de un análisis inicial, que es la clave de de toda la información que te aportan los medios que están allí y la información que te dan los que salen de turno.
¿Cómo recuerdas las particulares ruedas de prensa de actualizaciones?
R: Te aseguro que no me he querido ver en ninguna de las declaraciones, pero sí recuerdo que sabía lo que quería decir, sabía qué quería transmitir, sabía que era un mensaje para la población intentando usar palabras que la gente entendiera y que tenía que contar la verdad, que esa es una premisa. Cuando pasaba la reunión inicial y te decían que había rueda de prensa, pidiendo declaración para la autonómica... Toda la información que yo pueda dar y explicar es trabajo también que ahorro a los medios de extinción. Hace 5 años esta figura quizás no era tan patente y se sacaba a un director de extinción, que van a saltos, pero si lo haces dejas vacía la dirección en sí de la emergencia. Entonces, yo creo que debe haber una figura que sea un analista, quizás como en Gran Canaria, alguien que tenga la posibilidad de dar un paso hacia fuera de la emergencia, tener una visión global.
¿Llegaste a cansarte con tanta rueda de prensa y aparición pública?
R: Si te digo la verdad estoy cansado. Pero yo tengo que contar las cosas y creo que es el debe mayor de los que trabajamos en este mundo en general. Creo que antes había miedo a contar las cosas. La población se merece tener la información lo más cercana a la realidad. Es un derecho que tenemos todos. Lo que está pasando en una emergencia que pueda afectar una casa, o si me sacan de mi casa, quiero que me expliquen por qué me están sacando, que es lo justo. Entonces, bajo esa premisa no me importaba salir y, además, porque creo que los medios al final acaban yendo más a la fuente que más información le puede dar. Pero si me preguntas a título personal estoy cansado, sí. Si se olvidan de mí en los próximos 15 años creo que va a ser una buena señal (finaliza entre risas).