Desde hace varios años es difícil disfrutar de la arquitectura del Palacio Insular de Tenerife. El edificio, que alberga al Cabildo de Tenerife, ha estado cubierto con una malla protectora desde 2014 a causa de unas obras que nunca terminaron. Ahora, un año después de que el Tribunal Superior de Justicia de Canarias diera la razón al cabildo en un pleito contra la empresa adjudicataria, desde la corporación insular retomarán las obras de la fachada.
El Gobierno insular prevé que en los próximos días se licite la redacción de la obra del anexo del edificio y de la fachada. En concreto se sacará la licitación de las direcciones de obra para la restauración de la fachada y del interior del edificio anexo, en el que hay “un agujero”, según ha señalado la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila.
Obras previstas
Este anexo del edificio fue vaciado en 2019 -tras la licitación de la obra de rehabilitación- después de encontrar problemas estructurales. Abarca una superficie de 5.649 metros cuadrados y tal y como ha indicado Dávila está “inutilizable”. Ahora se prevé licitar la obra de rehabilitación de este anexo y de la fachada del Palacio Insular por 14 millones de euros. “Creemos que es un proyecto importante para el Palacio Insular, para el Cabildo y para los tinerfeños, para que tengan un edificio en condiciones”, ha valorado.
De momento, lo que han aprobado este miércoles en el Consejo de Gobierno es la licitación de la dirección de obra para la restauración de la fachada y del interior del edificio por 1,4 millones de euros. Esta licitación se estructurará en cinco anualidades (2024-2028) y será el comienzo para la posterior licitación de las obras de construcción del edificio.
Hasta 26 millones
A estas obras de la fachada y del interior del anexo se suman la licitación de las obras de las cocheras por un valor de 12 millones de euros. En total, el Cabildo de Tenerife prevé una inversión de 26 millones de euros en estas actuaciones, aunque de momento solo está sobre la mesa la licitación de la dirección de obra.
El edificio está considerado como un Bien de Interés Cultural, pero desde hace más de una década está ligeramente oculto por una malla que expone unos problemas estructurales que nunca fueron resueltos. El año pasado fue cuando se descongestionó toda la polémica después de que el Tribunal Superior de Justicia de Canarias diera la razón al cabildo en un procedimiento tras encontrar desperfectos en las obras que habían sido adjudicadas a Acciona Construcción S.A.
Razón al cabildo
En un comunicado emitido el pasado marzo, el Cabildo de Tenerife informaba que la empresa había sido sancionada a reintegrar a la corporación insular 4.506.339,48 euros, más los costes legales correspondientes. Acciona entregó las obras en 2008 pero se detectaron filtraciones, humedades y fisuras en algunos elementos del revestimiento de la fachada, motivados, según los informes técnicos, por defectos en la ejecución de la obra.
Tras la entrega de las obras, el cabildo procedió a instalar unas vallas de protección y en 2014 la propia empresa adjudicada procedió a colocar la malla que a día de hoy es visible por todo el edificio.