"Nunca había visto tanta gente aquí", decía un agente de la Brigada Forestal (Brifor) este sábado a su compañero en el mirador de Chipeque (Santa Úrsula, Tenerife) a escasos minutos de la puesta de sol. El lugar es el preferido de muchos para ver el ocaso, pero este fin de semana no cabía un alfiler. Hasta los brigadistas estaban sorprendidos.
Centenares de personas se agolparon contra la valla que perimetra el mirador. Decenas de ellas la habían saltado y estaban sentadas en el borde, con los pies colgando. Otros tantos desistieron de buscar sitio en la zona delimitada y se aventuraron bosque a través, adentrándose en una zona de uso restringido según el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Natural de la Corona Forestal.
Columna de coches
Entre los que habían llegado con tiempo y habían cogido un buen sitio, había varios grupos con mesas y sillas de camping, comida y bebidas, tanto alcohólicas como refrescos. Pero la gran odisea era encontrar sitio para aparcar.
En el aparcamiento del mirador, los coches -muchos de ellos de alquiler- estaban estacionados en doble fila. Una vez agotados todos los huecos, la gente comenzó a aparcar a ambos lados de la carretera que lleva a Chipeque y la hilera de vehículos llegaba casi hasta el mirador de Chimague, situado a 500 metros.
La circulación quedó reducida a un solo carril y la maniobra para dar la vuelta en el mirador se complicó tanto que la zona se colapsó por momentos. El flujo de personas, además, era constante. No dejaban de llegar visitantes para ver la puesta de sol, muchos corriendo porque apenas quedaban unos minutos para el crepúsculo y habían aparcado más lejos de lo que pensaban.
Un auge en el mirador
El mirador de Chipeque se ha convertido en un verdadero reclamo a la hora de la puesta del sol y, más allá de la anécdota, situaciones como esta ponen de relieve que la capacidad del sitio ha quedado desfasada respecto a su afluencia. No se trata de un día aislado, sino que esta situación se repite todos los fines de semana desde hace meses, tal y como ha podido comprobar Atlántico Hoy.
La insuficiencia de aparcamientos ha llevado a que decenas y decenas de vehículos estacionen en los arcenes de la vía cuando se acerca el ocaso y sus ocupantes caminen por el medio de la calzada sin atender a las normas viales. Asimismo, el colapso de la plataforma del mirador empuja a muchos a adentrarse en una zona protegida por su diversidad con mesas, sillas y bolsas cargadas de comida y bebida que, en algunas ocasiones, después quedan abandonadas en las inmediaciones de Chipeque.
La atención mediática
Tras este auge, es muy probable que esté la gran atención mediática que ha vivido el mirador desde que fue arrasado por el incendio que asoló Tenerife este verano. El lugar es tan icónico por sus vistas al Teide y al valle de La Orotava que fue el lugar elegido para realizar la visita de el rey Felipe VI y la reina Letizia a las zonas afectadas por el fuego. En el lugar se colocó una placa con infografías que explicaban el incendio que se estrenó con motivo de la visita real, pero fue arrancada poco tiempo después.
Desde que recibiese tanta atención mediática, Chipeque no ha parado de aparecer en decenas de vídeos de TikTok e Instagram que populares -y no tan populares- creadores de contenido foráneos han subido a sus redes sociales recomendando sitios que visitar en Tenerife.
Atlántico Hoy ha consultado al cabildo sobre esta masificación del mirador y los problemas que pudiese llevar aparejada, como el daño a la biodiversidad en la zona de uso restringido o la posible acumulación de residuos, a fin de conocer si la corporación insular tiene previsto tomar alguna acción. El cabildo, por el momento, no ha cursado respuesta a la solicitud de información de este medio.