Este jueves, 15 de agosto, es el Día de la Patrona de Canarias. Es el día grande de Candelaria por el que miles de peregrinos finalizan sus rutas en el municipio que acoge la casa de La Morenita. Sin embargo, la fiesta en 2023, que tan festiva había sido, se acabó convirtiendo en una pesadilla ardiente.
La alcaldesa de Candelaria, Mari Brito, concede una entrevista a Atlántico Hoy donde recuerda cómo fueron los primeros momentos del incendio y cómo los vivió la propia regidora municipal cuando el día grande del municipio llegaba a su fin.
Pregunta: ¿Cómo y cuándo se entera del inicio del incendio?
Respuesta: Justo acabamos de terminar la ofrenda a la Virgen de Candelaria, la patrona de Canarias, esa noche. Estábamos despidiéndonos de los compañeros que nos acompañan siempre del Ayuntamiento de la Villa de Teror, en Gran Canaria, y con los invitados que estaban asistiendo a la ofrenda. Recibo una llamada de mi compañero, el concejal de Seguridad, Francisco Alonso, quien me advierte de que había un aviso del 112 de que había un conato de incendio donde ya había ocurrido otro un mes antes, el 15 de julio, en plenas celebraciones de la Virgen del Carmen.
¿Cuáles fueron los primeros movimientos?
R: En ese momento contacto con el compañero alcalde de Arafo, que ya también había sido avisado, y ambos nos dirigimos a la zona para observar lo que en principio se podía pensar que podía ser algo similar a lo que ocurrió un mes antes, pero desde luego no fue así, porque cuando llegamos veíamos como el fuego avanzaba de una forma impresionante y con una fuerza extraordinaria, que, yo por lo menos, nunca lo había visto. Vimos como todo el personal de las brigadas forestales, bomberos y todo el dispositivo que se activó esa iba llegando e iba intentando contener en tierra lo que podían.
¿Y cómo se sintió al ver aquellas primeras llamas?
R: Fueron momentos muy duros, de mucha angustia y, sobre todo, también en el momento que era, en ese día tan significativo para todos y que pasara esto y de la forma que fue. También fueron momentos de impotencia enorme porque estabas allí y veías que aquello avanzaba de una forma que era casi incontenible. También de tristeza y de rabia porque nadie puede imaginar que alguien pudiese provocar eso. Vamos a ver cómo va todo este año.ç
¿Pudo dormir o descansar?
R: La verdad es que me cuesta recordarlo, porque no recuerdo descansar demasiado en esos días. Alguna hora yo creo en la noche siguiente ya, cuando estaban los medios aéreos. Estuvimos en varios lugares y obviamente tuvimos que descansar alguna hora, porque veníamos después de los días de fiesta, pero prácticamente no descansamos absolutamente nada. Yo recuerdo en el despacho sentarme un rato, pero luego nos reuníamos brevemente con todo el equipo para seguir viendo el avance.
¿Qué sensaciones le quedan?
R: Estos primeros días la verdad es que fueron muy angustiosos y agradezco todo el trabajo de todo el personal que estuvo implicado en la extinción del incendio, en la gestión de la emergencia y aquí, particularmente, a todo el equipo que estuvo coordinando tanto en el albergue, como en nuestro pabellón de Punta Larga, donde preparamos una instalación para las posibles personas desplazadas, que fueron muy pocas. Recuerdo todo y vuelvo zozobrar porque la verdad es que fue muy duro. Agradezco muchísimo la atención de los medios de comunicación, que estuvieron muy pendientes. Ese respeto por como también nos sentíamos, esa cercanía que sentimos todos por parte de los medios que se desplazaron. Ese eco que se hizo a nivel nacional y que había mucha preocupación. Y desde luego nos sentimos muy queridos y muy arropados.