El grave incendio de Tenerife ha dejado muchas historias personales y, sobre todo, mucha solidaridad entre los tinerfeños. Hasta 13.000 personas fueron desalojadas de sus hogares por la proximidad de unas llamas que se propagaban a alta velocidad y sin ningún control hasta hace escasos días.
Un sector que ha podido minimizar el drama aprovechando su estilo de vida, o simplemente de disfrute del ocio personal, en este contexto de emergencia es el del autocaravanismo, ya que aquellos que se vieron forzados a dejar sus casas atrás con la incertidumbre pudieron llevarse una parte de su hogar sobre ruedas.
Sin embargo, no todo resulta tan sencillo como se lee porque, además del miedo a perder su verdadero hogar, las limitaciones de espacio y las leyes actuales que impiden acampar en la vúa pública en este tipo de vehículos obligan a buscar ubicaciones concretas que, por norma general, generan costes.
Apertura de puertas
Pero, con el altruismo por delante, varios son los clubs de autocaravanas que han abierto las puertas de sus instalaciones de forma gratuita a quienes lo han necesitado, con los servicios esenciales como el de cambio de las aguas negras.
Es el caso de Caravaning Club Chinec, ubicado en el Puerto de la Cruz, y que acogió a afectados por el incendio que pudieron huir en su vehículo vivienda. “Desde que dijeron que tenían que abandonar sus casas ofrecimos las instalaciones a todos nuestros socios, que son del norte, y a cualquiera que lo necesitara”, explica a Atlántico Hoy el presidente del club, Jesús Hernández.
El problema de las cenizas en los hogares
De hecho, a pesar de que ya no existen desalojos activos, aún hay cuatro familias con sus autocaravanas en sus instalaciones. “Ya pueden subir a sus casas, pero con la cantidad de cenizas que hay lo que han hecho es subir e ir limpiarlo poquito a poco y luego vuelven, aunque me han comunicado que el domingo yo regresan a sus casas”, señala Jesús.
La empatía con los afectados llegó, incluso, a que algunos socios del club que estaban pasando un tramo de sus vacaciones en el lugar se ofrecieron para irse y así liberar espacio para que pudiesen llegar más autocaravanas.
Desde el primer momento
Además, esgrime el presidente del Caravaning Club Chinec que algunos habían aparcado en la zona del muelle, por fuera, y le ofrecieron el servicio, "porque uno de los problemas que siempre tenemos son las aguas grises. Llenarlas y vaciarlas”, menciona, “Eso lo ofrecemos gratuitamente siempre, porque el servicio de vaciado siempre es gratis todo el año. Lo del agua si lo cobramos durante todo el año por los costes que nos genera, menos en esta circunstancia que también ha sido sin costes”, añade.
Hernández recuerda que “desde el primer momento” se ofrecieron al ayuntamiento del Puerto de la Cruz, al de Los Realejos y al de La Orotava para que contaran con ellos para cualquier ayuda. “Es lo mínimo de lo posible”, detalla. “En un momento dado tuvimos hasta diez autocaravanas simultáneamente, pero algunos ya han retomado su casa y las otras, como tienen la casa llena de cenizas, suben con su coche, bajan y se quedan aquí hasta el domingo”, vuelve a puntualizar.
En este caso, en el de este club y el resto de la costa norte, los afectados por los desalojos que llegaban a las instalaciones procedían de la misma vertiente de la isla. De la zona de Benijos, Santa Úrsula o Palo Blanco, que es la zona que más cerca estaba. “Estaban preocupados porque desde aquí ves toda la ladera y se veían las llamas. Ellos calculaban que su casa estaba por aquí o por allí y pensando en los animales. Incluso, nosotros en un momento determinado subimos a evacuar animales”, finaliza Jesús, antes de aclarar el porqué del origen de los ‘clientes’. “Los que habían sido desalojados en el sur me imagino que habrán ido a la zona sur, que hay más campings que abrieron también sus puertas.