Hace casi 100 años, se crearon en múltiples localidades de España los "Grupos de Pronto Auxilio", agrupaciones civiles en zonas rurales que escogían a un pastor que conociese bien los montes y pudiese guiar al pelotón hasta zonas recónditas en las que se necesitase ayuda inminente.
Ha llovido mucho desde aquella idea original, que con la profesionalización del sector de las emergencias ha ido quedando en un segundo plano. No obstante, aún a día de hoy siguen siendo los héroes en la retaguardia en muchas catástrofes. Y para ejemplo un botón: con el voraz incendio que está arrasando Tenerife, el Grupo de Pronto Auxilio de Arafo ha jugado un papel determinante para contener el incendio una vez controlado.
Creado en 1995
Juan Anrtonio Curbelo, agente forestal del Ayuntamiento de Arafo y coordinador del grupo, explica a Atlántico Hoy sus orígenes y la función que ha desempeñado durante esta catástrofe. El Grupo de Pronto Auxilio de Arafo se formó en 1995 a raíz de los múltiples incendios que hubo en la década de los 90 en Tenerife.
Juan Antonio fue entonces uno de los fundadores del grupo que ahora coordina. Cuando comenzaron, cuenta, era un "precario grupo de voluntarios" a los que poco a poco se les fue dando formación desde el Cabildo de Tenerife. "Nos enseñaban, por ejemplo, a bajar de un helicóptero", explica el técnico.
Pasaron a un segundo plano
Conforme la profesionalización fue llegando y se crearon las Brigadas Forestales, el papel del Grupo de Pronto Auxilio de Arafo se fue reduciendo a tareas más propias de protección civil en el municipio, así como a impartir charlas en materia de prevención.
Desde entonces, nunca una catástrofe de la magnitud del incendio que quema la corona forestal en estos momentos había arrasado Tenerife tanto como para necesitar que este grupo volviese de forma activa a luchar contra las llamas.
Los primeros en llegar
Según narra Juan Antonio Curbelo, su pelotón está compuesto por 16 hombres y mujeres voluntarios, valientes y entregados. Algunos son policías, alguno es militar... No son bomberos, pero conocen los montes de Arafo y han estado disponibles desde el primer minuto de la emergencia para socorrer a sus vecinos y prestar apoyo a la BRIFOR.
Cuando se declaró el incendio, fueron los primeros que acudieron a las evacuaciones de ganado de las fincas en lo alto de los municipios afectados. Poco después, cuando llegó la caballería pesada a luchar contra las llamas, el Grupo de Pronto Auxilio estuvo moviéndose tras las trincheras para abastecer con víveres y agua a los bomberos y brigadistas que estaban apagando las llamas.
Mantener segura la zona controlada
Ahora, su papel es determinante. Juan Antonio Curbelo cuenta a Atlántico Hoy que, una vez que la Brigada Forestal logró contener las llamas en Arafo, se desplazó a otros puntos de la isla para seguir atajando el incendio. Tras ellos, los bomberos municipales deberían haber estado ahí para sofocar las posibles reactivaciones, pero la magnitud de la emergencia es tal que los han trasladado a los municipios del norte, donde sus labores son más necesarias.
En su lugar, este grupo de 16 voluntarios entregados y formados está moviéndose por el perímetro de donde se originó el incendio para apagar cualquier posible conato o pavesa que se salte el perímetro, como tocones de madera en llamas que, rodando montaña abajo, pudiesen incendiar la zona salvada.
Mucho trabajo por delante
"Cada día atendemos unas 20 incidencias", explica Juan Antonio a este medio, añadiendo que están trabajando entre 12 y 16 horas diarias para mantener segura la zona, oteando el horizonte.
Cuando la emergencia se de por finalizada, seguirán siendo necesarios. "Ahora toca reparar canalizaciones de agua destruidas, realojar al ganado... Queda mucho trabajo por delante", zanja Juan Antonio Curbelo.