Acabó la Semana Santa y con ella, se supone, se marcha el caos que siempre acompaña al Parque Rural de Anaga en fechas festivas. No obstante, como ya han compartido los residentes de la comarca, el problema ya se ha convertido en el propio ecosistema de Anaga a diario.
Tras las quejas por la “absoluta falta de gestión” de los vecinos y empresarios de la zona con respecto a la movilidad y el trato que se le da al Parque, en esta segunda parte las disconformidades apuntan a la falta de gestión pública y control sobre las actividades que se desarrollan, además del propio uso inadecuado de los visitantes sin consecuencias ninguna, asemejando a la zona como un parque temático.
Sin baños
Una de las principales críticas en este aspecto es la de la falta de servicios públicos, sobre todo en las playas, con un asunto prioritario: la ausencia de baños públicos en las tres playas (Roque de Las Bodegas, Almáciga y Benijo). Un déficit que, al margen de afectar directamente a los usuarios de las playas, lo hace indirectamente en los negocios que las bordean, pues los visitantes tienden a ir a los restaurantes, colapsando el mismo y molestando a la clientela.
En este sentido, algunos propietarios ya niegan la entrada a estos visitantes, aunque vayan con la intención de consumir alguna bebida para justificar el uso de los baños del local. La situación era tan insostenible que hasta a uno de los restaurantes le pusieron opiniones negativas en temporada alta por la insatisfacción de la negativa a dejarles pasar.
Sin duchas
Asimismo, destaca la ausencia de duchas, existiendo solo una en la playa de Almáciga con una característica particular, no está conectada a ningún tipo de saneamiento bajo tierra. “Se ve todo el río de agua cómo se va a la orilla”, apuntan. “Es absolutamente ilegal y es el único punto de agua pública. Imagina todo un fin de semana entre turistas y visitantes. Colas surrealistas. Uno para quitarse la arena, otro para limpiar los platos después de comer en la autocaravana, otro para ducharse con jabón… Y todo eso para la orilla. Absolutamente ilegal", añade un empresario de la zona, que espeta que se gasten “miles de euros en carreteras en Anaga, pero no para poner baños y duchas. Una irresponsabilidad absoluta”.
Seguridad en la costa
Otro de los servicios que desde la costa de Anaga ven que tiene bastante insuficiencia es la de la seguridad, esgrimiendo una falta de la misma. Actualmente el servicio de la Cruz Roja se centra en el verano y en fechas concretas, pero además consideran que es deficiente por una falta de formación en el contexto de Anaga y que al final son los surferos los que solucionan los problemas de rescate en el mar, por lo que se está sobre la mesa un planteamiento de las asociaciones vecinales para presentar una propuesta y que el gremio surfista se quede con el salvamento en las playas.
“Los chicos -socorristas- están con toda su buena fe, pero son de convenio y los tienen debajo del sol y, en el mejor de los casos, ellos mismos se sujetan una sombrilla. Sin ningún tipo de formación y conocimiento del mar. Que hay corrientes y tienes que saber”, expone el trabajador de Anaga, que necesitas más de las dos manos para contar los rescates que ha visto.
Asimismo, critica la falta de cartelería para avisar de los peligros de la costa cuando el mar está complicado. “Hay piedras que vuelan y el mar las pone en la plaza. Y la gente sacándose selfies sin protección. Que se la están jugando. Está en riesgo la seguridad de las personas y les da igual. Hemos pedido un montón de veces que hagan algo”.
También comenta que en verano se instaló en Roque de Las Bodegas un contenedor habilitado para atender las emergencias. Sin embargo, a pesar de que lo normal es que esté frente a la playa, lo ubicaron, por lo que sea, a unos 100 metros. “Estamos hablando de la vida de las personas. Lo peor era que el contenedor ocupaba unos 30 centímetros de una carretera pública y encima la puerta se abre hacia fuera. Los vecinos nos vemos obligados a bajar a la carretera insular para movernos”, esgrime. “Avisamos al ayuntamiento y no nos hicieron caso. Tres meses después de nuestro aviso, y un mes después de acabar el servicio de rescate de verano, lo quitaron. Ahora no hay nada”, agrega.
Autocaravanas
Sin duda, el de las autocaravanas es uno de los aspectos que más incomodidad e indignación han ido generando en la población local y negocios con el paso del tiempo. “Una pesadilla” lo consideran algunos. “Hay un descontrol de las autocaravanas y campers, que está absolutamente desgobernado”.
Al margen del propio espacio que ocupan en los estacionamientos -legales e ilegales-, muchas de las molestias vienen generadas por los propios usuarios de estos medios de vida, ya que, según comparten los residentes, van haciendo sus necesidades por donde pueden y, calculan, usan un mínimo de 50 litros de aguas negras que, aunque tengan un depósito para ello, señalan que los vacían en el barranco, cuando no en el alcantarillado que va a para el mar. “Nadie limpia ese espacio. La cumbre está llena de mierda. ¿Por qué no prohíbes aparcar en la cumbre y solucionas un montón de problemas?, expresa un interlocutor.
Así, otro vecino de la zona recuerda que en la carretera de Benijo hacia el Draguillo hay una colonia de furgonetas caravanas permanente y que ha llegado a ver “trapicheo” de aparcamiento en Almáciga. “Es un desmadre. Te encuentras a gente durmiendo en cualquier lado. Detrás del túnel, casi todas las noches, duermen en furgoneta. Te vas para El Bailadero y casi toda las noches duermen en furgoneta, en el aparcamiento de Las Gaviotas todas las noches duermen en furgoneta… Se están alquilando unas furgonetas que no pasarían la ITV. No hay ningún tipo de control sobre lo que está pasando ahora mismo en el parque”, argumenta.
Excursiones
Como no podía ser de otra manera, un punto caliente de Anaga son las excursiones. Una actividad que ha tenido un fuerte punto de inflexión tras la pandemia de la COVID pues, además de aumentar el número de excursionistas por el Parque Rural, ha cambiado el perfil del mismo.
Así, se ha reducido ostensiblemente la alta proporción de personas mayores que acudían a la costa a descansar después de los paseos o, directamente, en las guaguas turísticas, y a consumir en los locales. Ahora, la gran mayoría son jóvenes buscando el saldo. Es decir, llegan a la isla con una oferta, se quedan en hoteles, alquilan coche varios días y se mueven mucho más por todo el parque en búsqueda de la mejor foto o bañarse y regresan.
Asimismo, han aumentado actividades como la escalada, el parapente, surfistas, pescadores de caña, mariscadores furtivos e, incluso, según relata el empresario, excursiones ilegales realizadas por guías. “No están certificadas ni autorizadas”.
“Hay excursiones ilegales que se bajan parando el tráfico y luego se van con las neveritas a la explanada de Roque de las Bodegas. Está absolutamente prohibido y son gente no titulada, pero no pasa nada. No hay gestión del espacio”, se queja.
Bicicletas
Al margen de los cicloturistas habituales que recorren Anaga, y que ya han sido foco de polémicas al compartir el espacio de las estrechas con los vehículos, existen otras dos actividades que, señalan, no deja ningún rédito al Parque.
Por un lado, las excursiones programadas de los cruceros que, desde un punto concreto se desplazan a la costa con las bicis eléctricas, pero que no consumen en la hostelería porque tienen todo pagado en el barco. Por otro, los de descensos campo a través que erosionan el terreno protegido.
“No quiero decir que las guaguas dejen de venir y con ellos los de las bicicletas. Yo no soy nadie. Les corresponde a otros decidir, pero por favor ordenen”, suplica el trabajador de Anaga.
Limpieza
Por último, en cuanto a los servicios se refiere -aunque hay más-, apuntan a la limpieza, reiterando la falta de la misma por todo Anaga. Sin dejar de criticar el incivismo de las personas, es común el malestar de la comarca por el mantenimiento en este aspecto de esta zona de la isla, aparentemente tan protegida.
Además, a nivel de recogida de las basuras diarias, sí confirman que un camión pasa todos los días por los núcleos poblacionales, pero espetan que no se limpian los contenedores. “Ahí ha habido pescado. Los de residuos están saturados constantemente”, comentan. “En Anaga nos piden que seamos responsables, pero las administraciones no asumen ningún tipo de responsabilidad”, sentencian.
Reunión con el cabildo
Este mismo martes, en mitad de la vorágine del enfado global de los anagueros y anagueras por las consecuencias de los colapsos en el tráfico y la falta de gestión en general, el Cabildo de Tenerife ha programado una reunión con ellos en la Cruz del Carmen.
A la misma está confirmada la presencia de la consejera insular del Medio Natural, Sostenibilidad, Seguridad y Emergencias, Blanca Pérez, y la consejera insular de Movilidad, Eulalia García.
Posibles movilizaciones
Antes de esta convocatoria, los vecinos de Anaga ya se estaban organizando “para la batalla”, porque prevén que la situación va a ir a peor y va a ser insostenible, sobre todo para la población local y los que radican en la zona.
En este contexto, según cuentan a Atlántico Hoy las distintas asociaciones de vecinos del parque están tratando de coordinarse para agruparse y tocar la puerta en conjunto. “Nos ningunean, porque normalmente las asociaciones vamos solas. Hemos llegado a la conclusión de ir de la mano y estar unidas para que vean que hay siete asociaciones de vecinos firmando un documento. Es lo que vemos que hay que hacer para meter un poco de presión y a ver si conseguimos algo”, traslada uno de los presidentes vecinales.
“Estamos tramitando hacer una manifestación y cortar un sábado o un domingo la carretera por los tres puntos: San Andrés, Las Mercedes y Pedro Álvarez”, añade otro representante para finalizar.