El Teide, La Laguna, Anaga, Garachico, Teno, Santa Cruz y un sinfín de playas configuran la oferta de los principales reclamos turísticos de Tenerife. Pero la isla cuenta con otros atractivos que, si bien son conocidos por los tinerfeños, a veces pasan desapercibidos para los visitantes y quizá no hayan suscitado toda la atención que merecen.
En el municipio norteño de Icod de los Vinos se localiza una de las maravillas naturales más impresionantes de las Islas Canarias. Se trata de una cavidad subterránea que, con sus 18 kilómetros, es el tubo volcánico más largo de Europa, de tal manera que a nivel mundial tan solo cinco galerías volcánicas, todas ellas localizadas en Hawai, tienen mayor longitud. Es la Cueva del Viento.
Esta joya geológica, formada hace 27.000 a raíz de la primera erupción del volcán Pico Viejo, debe su nombre a las corrientes de aire que se producen en su interior, donde reina la oscuridad y el silencio para crear una atmósfera prehistórica. Puede visitarse con guía, en gurpos de 14 personas, en un viaje al corazón de la tierra que durá poco menos de dos horas.
Casi 200 especies a oscuras
Además del interés geológico, la Cueva del Viento es un inagotable laboratorio de estudio biológico por su fauna subterránea, que constituye una fuente constante de nuevos hallazgos. En total alberga unas 190 especies conocidas, la mayoría invertebrados, de las cuales 44 son organismos troglobias, es decir, animales adaptados al medio subterráneo.
Quince de estas especies adaptadas al medio oscuro han resultado ser nuevas para la ciencia, como la cucaracha sin ojos Loboptera subterranea o los carábidos Wolltinerfia martini y Wolltinerfia tenerifae. En su interior también se encuentran algunos restos fósiles de animales vertebrados ya extinguidos, como la rata y el lagarto gigantes, y otros restos óseos de especies ya desaparecidas en Tenerife, como la graja y la hubara.
Animales extintos
Asimismo se han hallado fósiles de especies como lagarto gigante Gallotia goliath, la rata gigante Canariomys bravoi, exclusivas de Tenerife; el escribano patilargo conocido sólo de la Cueva del Viento; la codorniz canaria extinta, que se ha encontrado también en La Gomera; y la graja que actualmente sólo vive en La Palma.
En cuanto a la vegetación se presenta en tres sectores. En primer lugar la zona externa con plantas vasculares y algunos helechos y líquenes. A continuación la zona de entrada, que comienza justo donde la lluvia no llega directamente, pero sí recibe la luz y contiene fundamentalmente musgos y líquenes. Por último una área de transición, sometida a la luz indirecta, donde se han encontrado algas cianofitas y líquenes.