Siete años después de abandonar por segunda y última vez su cargo político, el exconsejero delegado de Comercio y Proyectos del Cabildo de Tenerife, Eduardo Pintado, rompe su silencio en Atlántico Hoy para hablar sobre el gran proyecto de su vida profesional: el Circuito del Motor de Tenerife, que, 40 años después de impulsarlo, está a punto de arrancar su construcción tras incontables obstáculos burocráticos, económicos y judiciales.
Nuestro protagonista tiene cuatro décadas de relación con el mundo del motor. Ha sido comisario de ruta, copiloto (su primera participación en una prueba, con un TR6, es un" recuerdo imborrable") o director de equipos de competición como el legendario equipo Acura-Honda de Tenerife. Llegó muy joven a la presidencia de la Federación de Automovilismo, con 30 años, cuando se cruzó en su camino su maestro en el automovilismo deportivo, Robert Patrick Spencer”, a finales de los 70 e inicios de los 80.
"Nos llegamos a hacer un nombre a nivel internacional” en una época en la que Tenerife destacó por sus trazados urbanos, aunque pronto estos circuitos se prohibieron. “Hubo un intento de hacer uno medio urbano en El Guincho. Se celebró una vez y fracasó, pero el tema del circuito siguió en la mente de los aficionados”.
Proyecto en el Puerto de la Cruz
'Bobby' Spencer "tenía en la cabeza hacer un circuito urbano en el Puerto de la Cruz", un proyecto que contaba con el soporte del entonces alcalde, Francisco Afonso Carrillo, que falleció en un incendio en La Gomera y se perdio el proyecto. “Desde aquel momento, me empeñé en que si algún día ocupaba un puesto de responsabilidad haría todo lo posible para sacar el circuito adelante”, comenta Eduardo Pintado.
“En 1999 es la primera vez que asumo la responsabilidad pública de sacar adelante ese primer proyecto" que había ideado Adán Martín con Fernando Capdevila (tanto Pintado como Capdevila adscritos al PP)”. "Dieron un primer paso muy importante, la aprobación del proyecto en un Pleno y, segundo, hacer el proyecto de ingenieros. Capdevila coordinaba la iniciativa con Adán y yo siempre cercano a ‘Copi’, que se fue en el 99 y yo seguí hasta 2003”.
Preferencia por un circuito club
Ya en ese momento, “incluso antes”, Pintado tenía sus dudas sobre cómo se debería de acometer tal empresa. “Viví muchos años en Alemania e Inglaterra y pensé que era más factible lo que llaman circuitos clubs”, más pequeños y asequibles, pensados en clubs regionales y escuderías locales en un 95%. “Con el tiempo, si tuviese éxito, hacer un segundo proyecto o agrandar el primitivo. Hacerlo por fases”. Esa era la concepción que le rondaba en la cabeza para engendrar el gran reto de su vida profesional.
Sin embargo, el proyecto se había aprobado de otra manera conllevando consigo la compra de una enorme reserva de terrenos en Granadilla. “Ahí comenzaron las primeras grandes dificultades, porque aquí no existen dos o tres propietarios con enormes superficies. Aquella reserva tenía como 70 propietarios. Las había de mil metros cuadrados que no estaba ni registrado. Fue una labor tremenda durante muchos años”, rememora con resignación.
Plan de Actuación Territorial
En esa primera legislatura, aparte de consolidar y comprar el terreno, Pintado y su equipo tuvieron que activar el que sería “el mayor hándicap todos estos años”, que era adecuar el proyecto del circuito a la normativa regional a nivel medioambiental, el que se llamaba el Plan de Actuación Territorial (PAT). Es decir, lo que podía hacerse y construirse dentro del circuito. “Gana una corriente de opinión dentro del Cabildo que casi ha costado 20 años en subsanarse”, adelanta.
La primera hipótesis divergía porque el Cabildo de Tenerife costease el proyecto. Con los años, se pasa a una segunda hipótesis, que es que la Corporación insular asume la compra de los terrenos y el proyecto, pero tendría que ser la iniciativa privada la que financiase y construyese el circuito. “Eso fue un inmenso error que yo acepté”.
Única disciplina sin infraestructura pública
Pintado critica cómo todos los deportes iban consiguiendo sus propias infraestructuras, públicas, para el disfrute de los ciudadanos, pero no sucediese así con el circuito del motor. “La joya que es el estadio de atletismo de Tíncer costó un montón de dinero, y me alegro por los deportistas, pero yo quiero el mismo trato”. Al no lograrse el objetivo de la financiación pública, aceptó la propuesta privada que estaba sobre la mesa, tras casi 40 años de espera. "Me han dado estas fichas. O juegas o esto no sale, entre otras cosas porque no había muchos políticos-aficionados en un puesto de responsabilidad como lo era yo”.
Encauzada la compra de la enorme masa de terrenos y presentado el proyecto del PAT, Pintado deja la política en 2003 para regresar en 2011 y encontrarse con la sorpresa de que el PAT, que era el alma del circuito, "seguía en un cajón" en un paréntesis de ocho años en el que el actual alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, y el concejal de Infraestructuras del municipio, Dámaso Arteaga, sustituyeron a Pintado en sus atribuciones en el Cabildo. “Era vital, lo que realmente podría motivar a que el dinero privado se interesase por el proyecto y en 2011 seguía durmiendo el sueño de los justos”, apostilla con desazón.
Una vez regresa al frente del proyecto del Circuito del Motor de Tenerife, la ayuda del grupo socialista en el Cabildo, y en concreto del actual director general de Infraestructura Viaria, José Luis Delgado, fue vital para desbloquear el PAT. “Fue una victoria y una alegría tremenda. No fue el PAT que todos hubiésemos querido, pero era lo que había. O lo tomas o lo dejas”.
"Una de las grandes alegrías de mi vida"
En el año 2014 se llega a un punto de inflexión. El 19 de abril el Pleno del Cabildo aprueba el concurso público para hacer el circuito, aunque con un gran hándicap, Pintado tenía que buscar una empresa que lo hiciera, aunque "estaba seguro” de que lo lograría. Buscó, junto al entonces presidente insular, Carlos Alonso, “hasta el agotamiento” financiación en Inglaterra, en Austria, en la Península y en Canarias, con las esperanza de que "acabaría habiendo grupos financieros fuertes propios canarios que acometiesen este reto, que lo viesen como una infraestructura complementaria formidable para el sur”.
No fue así. Se presentaron dos grupos empresariales, uno italiano y uno inglés. La legislatura acababa en abril de 2015 y Pintado pensaba jubilarse, pero con el recuerdo en la cabeza de lo que ocurrió entre 2003 y 2011 hizo "lo posible y lo imposible, 25 horas sobre 24, para adjudicar las condiciones de la obra”, resultando ganadora la empresa italiana Axia SRL. "La historia es archiconocida. Yo me fui tranquilo y aquello no salió adelante".
Sin prefinanciación
Si bien muchos en la isla los han señalado de estafadores Pintado consideraba que "era gente muy capacitada y con ganas de sacar el tema adelante, pero como muchos proyectos, no encontraron la prefinanciación para abordar ese reto y un año después ocurrió la devolución al Cabildo”.
“Hice todo lo que pude, hasta el agotamiento, pero fracasé en mi empeño”, reconoce visiblemente emocionado y con la voz quebrada mientras recorre mentalmente la montaña rusa de emociones que vivió durante estas cuatro décadas, con el único fin de lograr el sueño de todos los amantes del motor durante este tiempo. “Lo siento. Ese fracaso me acompañará toda la vida”, añade en un mensaje para los apasionados de este deporte.
Giro decisivo
Tras años en el olvido y con el megaproyecto parado tras el bloqueo generado por la no ejecución de la empresa italiana, se hizo la luz. “Se dieron unas circunstancias muy particulares en el Cabildo, y el proyecto cayó en manos de un gran técnico que es Enrique Arriaga”, en referencia al actual vicepresidente insular y consejero del área de Carreteras y Movilidad. “Logró lo que yo nunca conseguí, superar el hándicap más grande que ha tenido el circuito, que se hiciera con financiación pública”, expone esperanzado, aunque especifica que si se hubiese tomado esa decisión hace 40 años, “ya llevaríamos 20 años corriendo, pero no hay que mirar para atrás”.
Por fin, Eduardo Pintado ve muy cerca su gran sueño de poder ver y disfrutar de un circuito del motor de Tenerife y envía un mensaje claro a los que comparten su pasión, sin mirar papeletas. “Todos los que somos del motor tenemos que empujar a Arriaga. En fila y en primera posición para que logre terminarlo. Ahora sí irán todas las empresas, así que espero que a principio de 2023 comience por fin el final de la historia de 40 años de circuito”, finaliza.
Arriaga confía en tenerlo operativo en dos años
Por su parte, el vicepresidente del Cabildo de Tenerife, Enrique Arriaga, confiesa a Atlántico Hoy que esperan "que no haya ningún obstáculo” después de tantos años de problemas para alcanzar por fin el punto en el que se encuentran las gestiones. “Se ha estado trabajando en estos tres años en la obtención de las homologaciones y las modificaciones que había que hacer”. Homologaciones de la FIA y de FIM que habilitan al próximo circuito de Tenerife a albergar entrenamientos y competiciones del más alto nivel: Fórmula 1 y Moto GP.
Arriaga coincide con Pintado en que la financiación pública “era la única forma de que el circuito pudiera salir adelante”. Sorprende cuando afirma que “la financiación se podría haber conseguido sin muchos problemas”, después de las numerosas negativas con las que lidió Pintado. “Hay otras infraestructura que se han hecho y han costado muchísimo más y se podía haber hecho perfectamente el circuito”, insiste y sentencia sin tapujos que “lo que pasa que no se había querido abordar hasta ahora”.
Aquí puntualiza que esto no quita para que en un futuro se pueda sacar a gestión privada "como se hace en otros circuitos de todo el mundo”. En ese contexto apunta que se podrá plantear si puede haber en esa concesión, en 20 o 25 años, un retorno de la inversión al Cabildo o con un canon con el que se pueda hacer el resto de instalaciones.
“Nuestra idea es poner las obras para que el circuito sea operativo, pero hay muchas más obras que hay que seguir haciendo a lo largo del tiempo para dejar el circuito perfectamente equipado”, aclara. “Inicialmente lo vamos a hacer nosotros con la empresa pública Ideco, hasta que la situación esté normalizada”, añade Arriaga.
Próxima licitación de obra
El proyecto definitivo ya está entregado y se están terminando de perfilar los pliegos técnicos y administrativos “para poder licitar la obra”. Arriaga esperaba que hubiera salido a lo largo del recién terminado mes de marzo, aunque habrá que esperar otro poco más. A partir de ahí, realizar el trámite de la adjudicación de la obra y “poderla empezar, espero, en el segundo semestre del año”.
Unas obras de la pista que calcula el también director de Carreteras que durarán unos dos años y medio, “en función de la licitación”. Simultáneamente, se construirá el edificio de boxes y el padock, así como los accesos. “Si el periodo de ejecución puede ser de dos años yo creo que en unos dos años y medio podríamos tener ya una competición local”, valora.
Pruebas reales
Ante la suspicacias lógicas de los que ansían por fin este circuito, Arriaga explica que hasta que no esté publicado en el Boletín y en la Plataforma de Contratos la contratación de la obra de esa pista, “no será hasta ese momento que la afición tenga pruebas reales, y luego cuando puedan estar ya las palas trabajando”.
Por último, reconoce que es una inversión “muy necesaria en Tenerife”, no solamente dando respuesta a toda la afición tan grande del motor que hay en la Isla y que se deja mucho dinero día a día, “sino que también es una fuente de turismo y riqueza para la isla”. Así, finaliza que darán a conocer el circuito a nivel mundial “para ir atrayendo a inversores, competiciones o escuderías de Fórmula 1 que quieren hacer test aquí".