El Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria tiene serias dificultades asistenciales en cuanto a los tratamientos de radioterapia, una situación que está generando graves retrasos de varios meses en las listas de espera de la especialidad porque los tratamientos no se pueden hacer de forma continuada, como es necesario para el control óptimo de los diferentes cánceres.
Meses vitales para los pacientes, dado que estos retrasos pueden significar un empeoramiento de la enfermedad, pero también para los profesionales del hospital, cuya carga de trabajo aumenta al tiempo que la impotencia por no poder ofrecer un tratamiento en condiciones.
Según ha podido conocer Atlántico Hoy, se llega a la situación actual debido a la temporal eliminación de dos de los cuatro aceleradores lineales que prestaban servicio en el complejo hospitalario y que, por obsolescencia, han sido retirados fuera del tiempo aconsejado. La sustitución de los mismos, en tiempo y forma, no se preparó debidamente.
Máquinas obsoletas
Las dos máquinas retiradas acumulaban cerca de 15 años de funcionamiento y estos aceleradores lineales deben cambiarse a los diez o doce, dependiendo de los casos. La complejidad en la instalación de los nuevos y actualizados aceleradores lineales hacen necesario el paso de entre uno y dos años aproximadamente para que puedan comenzar a funcionar en las instalaciones del HUNSC.
Los profesionales de la radioterapia general detectaron hace años que estos aceleradores lineales estaban teniendo fallos y solicitaron cambiarlas por nuevos.
Decisión tardía y equivocada
El fabricante de los aceleradores lineales, Siemens, dejó dé fabricar aceleradores lineales según información de la propia empresa en 2010. Ofrecía mantenimiento por un periodo de 3 años. En La Candelaria había dos máquinas obsoletas en ese momento -las retiradas recientemente- y a pesar de que se debía iniciar los trámites para el cambio con tiempo, no se hizo.
“Hoy en día es cuando se están cambiando, cuando ya tenía que haber hecho como mínimo hace tres o cuatro años. Se conocía hace 12 años. La situación es una dejadez absoluta”, afirma un facultativo consultado por Atlántico Hoy. “El Hospital de La Candelaria en oncología radioterápica fue un servicio puntero a nivel nacional hace 20 años y ahora es el tercero de Canarias, y porque solo hay tres”, añade.
Además de la tardía decisión de las sustituciones, otro hecho cuestionable es la forma de ejecutarlas. Las fuentes consultadas por este medio señalan que “se debería haber hecho el cambio de los aceleradores de forma escalonada para que, por lo menos, hubiese tres en funcionamiento y no dos durante lo que tarden en instalar los nuevos”.
Máquinas de alto valor
Los aceleradores lineales son máquinas muy costosas. Su valor gira en torno a los dos millones de euros cada uno, según su configuración o si se compra o alquila. Para que trabajen con eficiencia tiene que haber un equipo de funcionamiento para lo cual se desplazan al hospital, desde la propia fábrica donde se producen, para instalarlas y mantenerlas.
Estas máquinas son tan complejas que se paran al pasar cada mes, durante tres días, para hacer revisiones, y cada tres meses se detienen otros cinco días para hacer revisiones más exhaustivas, lo que resta más días de tratamiento a los pacientes.
“Estamos trabajando mal o nada, porque no siempre podemos utilizar los medios que tenemos al alcance”, cuentan fuentes autorizadas, ya que, al mismo tiempo, también se retiró un escáner el pasado mes de octubre, que es por donde comienzan los servicios, “y el nuevo escáner podría tardar hasta nueve meses en ser instalado”.
Más deficiencias en el servicio
Según la información recabada por Atlántico Hoy, se ha ubicado temporalmente un escáner para hacer la simulación y comenzar el tratamiento, que no es el ideal y se encuentra en el departamento de Medicina Nuclear. Los profesionales solo pueden utilizarlo en el turno de tarde, cuando dicho departamento presta su TAC y su personal, pero muchos estudios no pueden ejecutarse. No obstante, el nuevo escáner de simulación ya está instalado, aunque todavía no ha entrado en funcionamiento
Otras técnicas de radioterapia como la braquiterapia se ha infradotado en comparación con los otros hospitales de Canarias que ya la tienen implementada hace muchos años .
"El tratamiento con la braquiterapia es muy específico y técnico para tumores ginecológicos, de mama o de próstata, entre otros”, pero las braquiterapias tampoco las pueden utilizar porque están en proceso de cambio a una actualizada, lo que implica cerca de 9 meses sin este tratamiento.
“Tenemos el 60% del servicio parado y se genera una lista de espera tan brutal que los pacientes que están ahora en tratamiento no se van a poder tratar y muchos pueden tener riesgo de vida si no se pueden tratar de forma óptima”, avisa uno de los profesionales sanitarios consultados.
No caben todos los pacientes
En este contexto, la impotencia se traslada a que los familiares de los pacientes, quienes preguntan qué pueden hacer. “No hay solución. La realidad es que tenemos a los pacientes maltratados y no es problema médico, sino por un problema de gestión”, apunta.
“No podemos ver a más pacientes de los que caben. Antes teníamos cuatro máquinas y estábamos bien, pero con dos máquinas los pacientes no caben. Por mucho que trabajemos, caben los que caben”, afirma resignado.
El HUNSC confirma la información
Por su parte, fuentes del HUNSC consultadas por Atlántico Hoy han confirmado que actualmente hay solo dos aceleradores lineales. porque los otros dos que había en el servicio están siendo sustituidos por otros para evitar la obsolescencia.
Asimismo, han querido compartir que este cambio es necesario y mejorará la prestación que ofrece el hospital sustancialmente, que dispondrá de equipos de alta tecnología para el tratamiento del cáncer.
Trabajar los sábados
Además, han explicado que se está trabajando los sábados para dar salida a los pacientes que no se han podido atender entre semana y mantienen una coordinación con el HUC para atenderles.
Atlántico Hoy ha podido saber que la extensión de la jornada a los sábados comenzó este mismo 15 de abril y que se ha tratado de una solución cerrada: trabajar los sábados de forma voluntaria. Es decir, se trabaja con un cupo de pacientes cerrado (en torno a los 20 pacientes) y se paga un dinero por ese trabajo sin negociación.
Sin embargo, algunas voces del sector preguntadas por el medio de comunicación creen que esta medida no acortaría la lista de espera, porque quien inicia un tratamiento tiene su plaza durante los siguientes 20 o 25 días y la espera del resto de pacientes sería la misma. "Lo que habría que hacer es alargar los turnos", valoró un profesional consultado.