Hablar de las leyendas de Adeje es viajar al pasado, pero sin salirse del presente. Así, este territorio se ha mantenido como un escenario épico del intento de revertir el sometimiento de la población indígena en su momento. Aquí es donde surgió la figura de Tinerfe el Grande, el último gran mencey (jefe de una demarcación territorial) antes de la conquista de la isla por la Corona de Castilla.
Incluso quedó tiempo para otros personajes de la historia de Adeje. Por ejemplo, Ichasagua fue un guanche que lideró una rebelión ante los atropellos provocados por el hidalgo y conquistador Alonso Fernández de Lugo. En 1502 se quitó la vida en un ritual de honor cuando se percató de la traición de algunos de sus aliados y lo imposible que era revertir el nuevo orden social establecido.
También hay que destacar la devoción mariana de esta zona de Tenerife, con una imagen que apareció en las inmediaciones de Cruz de Humilladero. Ubicada en La Enramada, se llevó hasta Garachico tras haber sido robada. Por su parte, una cueva sirvió de templo a una segunda imagen. A finales del siglo XVI, fue llevada hasta una ermita, convertida hoy en la parroquia de Santa Úrsula.
Leyendas de Adeje
El Barranco del Infierno es otro punto a resaltar como parte de las leyendas de Adeje, quizás el más representativo del municipio. De gran belleza y con rincones cargados de encanto y misterio, el agua es su elemento distintivo. Una vez que se entra en el rincón del Bailadero de las Brujas, todos sus elementos indican que se trata de un lugar mágico.
De hecho, fue un refugio de toda clase de ceremonias y cultos desde hace miles de años, seguramente con vinculación a la fecundidad y la salud. Incluso queda descrito como un espacio de ajusticiamiento, con la gestación de una leyenda de amor y traición. Con versión de Luis Salcedo en 1932, se cuenta que los dos hijos del mencey (Xampó y Saure) amaban a la bella Iora, que mantenía una relación con Xampó.
No obstante, ella se vio tentada por las promesas de poder de Saure, algo que la llevó a matar a Xampó. Fue entonces cuando Xampó se convirtió en un gigante de piedra y consumó su venganza al aplastar a los traidores. Tras ello, quedó como un vigilante de piedra integrado para el resto de la eternidad en el propio barranco.
Espacios para el misterio
Continuando con estos espacios de leyendas y misterios, hay que nombrar la Casa de la Era o del Cabrero. Se trata de unas ruinas ubicadas al margen de la TF-47 que se relacionaban con apariciones. Por esta razón, pocas personas andaban por sus alrededores una vez que caía la noche.
Aquí destaca un relato particular, que hace referencia a la presencia de grandes y fuertes perros negros. Dichos animales han sido relacionados con los tibicenas, que eran los que los antiguos canarios relacionaban con criaturas malignas de enormes dimensiones y ojos encendidos.
Finalmente, no puede caer en el olvido las típicas historias de almas errantes que vagaban por parajes diversos. Por ejemplo, recorrían las cimas de los barrancos del Infierno, del Agua y Fañabé hasta llegar a un punto de la costa.
Todas estas leyendas de Adeje muestran que la isla de Tenerife también tiene espacio para el misterio. Sin duda, son lugares reservados únicamente para los más valientes.