La primera planta fotovoltaica flotante de Canarias ya es una realidad. Hace dos semanas, el Cabildo de Tenerife anunció que comenzaba el montaje de las placas en la balsa de Santa Antonio del municipio de La Matanza. Este viernes, la empresa pública Balsas de Tenerife (Balten) ha dado por concluida la instalación de la primera fase del proyecto, pionero en las islas.
La idea de este primer módulo se presentó hace poco más de un año, en marzo de 2023, cuando al frente del Cabildo de Tenerife estaba el Gobierno socialista de Pedro Martín. Entonces, se explicó que este proyecto, además de su contribución a la descarbonización de la isla, generaba también beneficios para la agricultura al reducir la evaporación del agua de las balsas el 33%, mejoraban su calidad y evitaban la generación de lodo.
Ocho meses de retraso
El proyecto de llenar las balsas de Tenerife de plantas fotovoltaicas comenzó en 2021 con una dotación de casi un millón de euros. El objetivo era producir 1.037.435 kilovatios hora, con un ahorro anual de 400 toneladas de CO2. El entonces consejero insular de Agricultura, Ganadería y Pesca, Javier Parrilla, explicó en junio de 2023 que sería necesaria una masa forestal de 1.000 hectáreas para absorber dichas emisiones.
Más de un año después de su anuncio, la primera fase del proyecto ha concluido por un presupuesto de 431.353,26 euros, a pesar de que antes de las elecciones el Gobierno saliente anunció que estaría lista en septiembre de 2023. Esta planta piloto podrá producir más de 100 kWp con dos sistemas diferentes de flotación.
La instalación
Las placas flotantes se han colocado sobre trimaranes en la línea de agua. El proyecto lleva aparejado cuatro líneas de investigación para buscar la rentabilidad energética en su funcionamiento. Por un lado, en el ámbito energético y económico, se medirán valores para conocer la producción total e individual de los generadores, el comportamiento del consumo del bombeo o la eficiencia de ángulos de incidencia.
En el ámbito ambiental, se procederá al control del impacto de la instalación sobre la masa de agua, mientras que, desde el punto de vista meteorológico, se realizará un control de los parámetros y del recurso solar incidente, así como la radiación social, la temperatura de los módulos, la humedad relativa o los datos de viento. Finalmente, en cuanto a las estructuras, se llevará a cabo control de la dinámica de la planta o el esfuerzo de los tensores, entre otras cuestiones.