La ya popular malla que cubre la fachada exterior del Cabildo de Tenerife tiene sus fechas contadas. Más bien años. Tantos como los que le quedan a la actual legislatura del gobierno insular, como compartió el vicepresidente, Lope Afonso, a Atlántico Hoy. “Confío que durante este mandato el cabildo tenga completamente renovado su aspecto exterior”.
En contexto, el Cabildo de Tenerife anunció en enero que, tras diez años de parón en la rehabilitación, y otros tantos vistiendo al Palacio Insular con la malla, iban a retomar el proyecto para poder finalizar los trabajos.
“Después de varias vicisitudes, se ha conseguido relanzar el contrato, que ya estaba en vigor el proyecto para adecuarlo en el estado en el que se quedó”, expresó Afonso, antes de recordar que van a aprovechar la sinergia para terminar de renovar el edificio anexo. “Evidencia un estado de semiruina y, lógicamente, no es el que merece un emplazamiento como ese y que necesita el cabildo, ya que en su día teníamos instalaciones que se dedicaban al servicio público que obligaron a deslocalizar algunas sedes de consejería y servicios”, abundó el vicepresidente.
Problemas de gestión
Con respecto a la larga estancia de tiempo que la malla lleva cubriendo la fachada del cabildo, Afonso traslada que “ejemplifica que ha habido problemas de gestión del contrato con el que, en su día, se pretendió hacer la renovación y la adecuación a las normas de Patrimonio Histórico que protegen al palacio del cabildo.”
En este sentido, afirmó que ya están “en ello” y que se ha conseguido relanzar el proyecto para que “esa malla protectora desaparezca en poco tiempo”.
No obstante, recuerda que, a pesar de que el contrato tiene un plazo de ejecución determinado, hay que tener una cosa en cuenta, la llegada de materiales. "No se puede recuperar la piedra especial del cabildo de cualquier manera. Tiene que ser con las especificaciones técnicas que se han dado”, finaliza.
BIC
El edificio insular está considerado como un Bien de Interés Cultural, pero desde hace más de una década está parcialmente oculto por la malla, que expone unos problemas estructurales que nunca fueron resueltos.
En marzo de 2023 se descongestionó toda la polémica después de que el Tribunal Superior de Justicia de Canarias diera la razón al cabildo en un procedimiento tras encontrar desperfectos en las obras que habían sido adjudicadas a Acciona Construcción S.A.
Razón al cabildo
Entonces, el Cabildo de Tenerife informaba que la empresa había sido sancionada a reintegrar a la corporación insular 4.506.339,48 euros, más los costes legales correspondientes. Acciona entregó las obras en 2008 pero se detectaron filtraciones, humedades y fisuras en algunos elementos del revestimiento de la fachada, motivados, según los informes técnicos, por defectos en la ejecución de la obra.
Tras la entrega de las obras, el cabildo procedió a instalar unas vallas de protección y en 2014 la propia empresa adjudicada procedió a colocar la malla que hoy es visible por todo el edificio.