El Cabildo de Tenerife ha anunciado esta semana la concesión a la UTE Arico Green Grass para instalarse en el Complejo Medioambiental de Tenerife, en Arico, con el fin de tratar 130.000 toneladas de residuos al año a través del proceso de biometanización, descartando la polémica acción de la incineración, que generó un intenso debate con el Cabildo insular.
Sin embargo, esta fórmula tampoco ha caído bien en algunos sectores, como es el caso del Foro contra la incineración de residuos, que, como su nombre indica, ya se había opuesto a esta práctica para los residuos acumulados en Arico.
Gran Canaria lleva décadas con el proceso
“Es un paso gigantesco hacia atrás”, señala Juan Jesús González Afonso, portavoz de la plataforma contra la incineración de residuos. “Se ha resuelto con una cuestión de biometanización, que para ese viaje no hacía falta alforjas, porque es un proceso que en Gran Canaria se lleva haciendo un par de décadas en Salto del Negro”, añade.
En este sentido, afirma que “a la altura a la que estamos, no aporta nada. Técnicamente son unos bidones gigantescos donde se deposita la materia orgánica, de tal manera que se aproveche el metano para producir energía”.
Explica González, licenciado en geografía y docente, que en el año 2009 se aprobó un Plan Territorial Especial de Ordenación de los Resiudos (PTOR), con votos del PSOE incluidos, “que lo que proponía no era que la materia orgánica se aprovechara para crear energía. En 2009 se decía que esa materia orgánica se separaría en origen y de ellas se produjera un compost”.
Por ello, reitera ese gigantesco paso hacia atrás. “De algo que tecnológicamente es el pasado. En sus mentes tenía sentido, pero en el caso de Tenerife es una cuestión de que en el vertedero no se puede meter materia orgánica por estar prohibido. En lugar de apostar por lo que se decía, separar materia y producir compost, apuestan por biometanizarle y aprovechar algo de energía. Lamentable”.
Volado de plásticos
Por otro lado, Juan Jesús critica de nuevo una situación que lleva años denunciando la plataforma, anexa al Complejo Medioambiental, que es la proliferación de plástico volado proveniente del vertedero y que deja en condiciones terribles el entorno.
“Esta historia viene desde que se instauró el vertedero en el año 1985. Son más de 35 años con el problema de los volados de plástico, papeles, cartón, corcho blanco… Estamos en una zona de Tenerife con vientos importantes e históricamente es un problema que siempre ha estado ahí”, contextualiza.
Los problemas con las montañas de basura
Asimismo, resalta que “hay veces que los problemas son más graves” por la situación en la que se encuentra el centro de vertidos. “A veces está en la parte más enterrada y otras veces es cuando están terminado una de esas montañas y es más grave la situación. La zona no está muy protegida y se nota más”.
Además, le llama mucho la atención que “había zonas agrícolas que llevaban muchos años abandonadas y se han recuperado. Entonces, a parte de las condiciones de la gente que está trabajando ahí, frente a la basura por los olores y demás, se encuentran con el problema de los volados”. Una situación que hace que proliferen los insectos, las ratas… “Es una de las cosas que los vertederos de residuos deberían tener controlados”.
Legislación
“Evitar que salgan restos de residuos volando, está legislado. Lo mismo que tiene que tener controlado los gases. Todo eso tiene una normativa, pero en el caso de Arico siempre ha habido manga ancha con la zona porque es una zona de vientos”, se queja González.
En este sentido, destaca que los vecinos lo han denunciado al Seprona desde hace muchos años, “pero nunca se han tomado medidas porque, aunque cueste más dinero, se puede controlar. Hay vertederos en España que no llevan la basura suelta al vertedero. La embalan para prensarla y que ocupe menos espacio”.
Justificaciones de las administraciones
El portavoz del Foro contra la incineración de residuos ataca a las administraciones que para justificar los volados de la zona siempre se excusan en que ha habido vientos de 70km por hora. “Pero vamos a ver, en todo tipo de industria, si usted genera un impacto tiene que buscar las medidas para evitarlo”.
Para limitar este problema “han intentado poner una especie de redes que, de alguna manera, controlan una parte de lo que sale volando, pero a la vista está que es algo completamente insuficiente. No sé que porcentaje de los volados pueden recoger”.
Por último, apunta que “desde 2002, que yo tenga conocimiento, ya se ha acudido a la comandancia de la Guardia Civil de Granadilla de Abona para poner denuncias, pero estamos hablando de hace 20 años. A día de hoy no se ha tomado ninguna determinación, como pasaría con cualquier industria”.