La edificación del futuro complejo de villas y apartamentos Cuna del Alma se ha convertido en el epicentro de un conflicto en Tenerife entre los grupos ecologistas, sus impulsores y las administraciones, que ha llegado a la máxima tensión en esta zona del Puertito de Adeje, en el sur de la isla, donde se instalará este proyecto.
“Estoy totalmente convencido de que se va a terminar porque tenemos a la ley de nuestra parte”. Quien lo afirma con una rotundidad que apenas deja huecos para la duda es el tinerfeño Andrés Muñoz, director del proyecto Cuna del Alma, que mantiene su confianza en el plazo de "entre dos y dos años y medio” para tener “las piezas del rompecabezas terminadas”.
"Irreversible"
En una entrevista concedida a Atlántico Hoy Muñoz reconoce que si el conflicto les llega a coger con el proyecto empezando no sabría qué hubiera pasado “porque esta presión pública puede entorpecer la concesión de licencias y permisos. Nos pondrán piedras en el camino, pero es irreversible. Se va a acabar, sin lugar a dudas”, insiste pese a avanzar "cierto retraso por los problemas que nos ponen y que nos va a generar un sobrecoste”, añade.
Habla el entrevistado de “presión pública” por la fuerte oposición demostrada con protestas en forma de multitudinarias manifestaciones. Críticas recibidas también en el terreno por parte de los grupos ecologistas. Hace ya más de un mes que una acampada se instaló en la parcela de los trabajos. Algunas personas se encadenaron a las máquinas de construcción, ralentizando el avance de unas obras que, no obstante, siguen su curso. “No estamos avanzando al ritmo que teníamos originalmente previsto. Estos grupos entorpecen la actividad. Es lo que pretenden, pero no estamos parados”, explica el director del proyecto.
Un mes que no ha sido fácil y que se ha convertido en un caldo de interacciones conflictivas entre los acampados y los trabajadores de la obra, que tuvo su escena viral en redes sociales por una aparente agresión de uno de los operarios a un manifestante, captada en vídeo y compartida online por los ecologistas. “Las supuestas agresiones son justamente al contrario”, espeta Muñoz, antes de asegurar que hubo una provocación.
“Lo que ocurre es que tiras una piedra al maquinista y cuando sale a increparte, le grabas. Entonces se sabe solo una parte de la historia cuando realmente está defendiéndose. Como nosotros no tenemos redes sociales donde colguemos toda la versión de la película siempre aparecemos como los agresores”, añade respecto al vídeo. “Los trabajadores, que los hay de distintas empresas, lo que quieren es ganarse su jornal y no quieren problemas. A lo que se dedica esta gente es a presionarlos para conseguir que abandonen sus puestos de trabajo”, agrega.
El precedente de La Tejita
Recuerda en este punto el hotel de La Tejita, también en el sur de Tenerife, paralizado en su momento por una masiva protesta social. Este caso era “más complicado” porque tenía un informe de Costas donde se indicaba que una parte del proyecto tenía dificultades administrativas. No obstante, “los tribunales le han dado la razón para seguir adelante, por mucha grúa y mucho encadenado que haya. En las redes sociales hablan de la victoria de La Tejita. ¿Qué victoria? ¿No ven que los tribunales han dado la razón a los propietarios?”, afirma.
A pesar de la “paciencia y determinación” para sacarlo adelante, Muñoz reconoce que los inversores están preocupados porque “no esperaban semejante reacción” y que les preocupa la imagen de seguridad jurídica que genera el país con situaciones como esta, “porque si por una parte el Gobierno de Canarias incentiva con campañas que vengan a invertir en riqueza y empleo, y cuando vienen se encuentran que las administraciones públicas se dedican a paralizar los proyectos que se han obtenidos con las legalizaciones correspondientes, te genera una cierta preocupación”.
No se omitió la viborina
Por otro lado, esta misma semana un informe del Cabildo de Tenerife aumentaba a tres las especies protegidas en la parcela de las obras, indicando la presencia de la viborina triste, además de las ya conocidas -incluidas en la memoria medioambiental presentada en 2018 por los promotores-: cardones y tabaibales.
“La semántica siempre es muy importante. Omitir es cuando tú sabes algo y no lo cuentas y aquí no se ha omitido nada”, responde Muñoz respecto a las críticas recibidas. “Son 400.000 metros cuadrados de suelo. Si hubiésemos encontrado viborina cuando se hizo la memoria ambiental, se habría incluido y se haría lo habitual con este tipo de especies. Ocultarlo es ridículo. Iría en nuestra contra, no en nuestro favor”.
Ahora que se ha detectado, reconociendo que “no estaba en el inventario”, confiesa que “habrá que hacer la petición correcta para el tratamiento habitual en este tipo de situaciones”.
Especies protegidas, no en peligro
Señala, además, que la viborina “no es una especie amenazada dentro del anexo de ley”. Según esto, en el anexo uno están las declaradas en peligro de extinción, la tabaiba y el cardón están en el anexo dos y la viborina en el tres. “Lo que dice la ley es que para poder trabajar con ellas hay que pedir permiso y explicar qué vas a hacer, pero no dice que no se puedan tocar o quitar”, expresa Andrés Muñoz.
Asimismo argumenta que, como indica la propuesta actual para obra pública o privada, cuando te encuentras con tabaibas y cardones se hace un inventario y se trasplantan aquellas que son viables para poderlas recolocar en terrenos del entorno o en zonas con problemas de despoblación. “Nuestra memoria ambiental va en esa línea: trasplantar cerca de mil tabaibas y cardones a la propia parcela, porque están muy deterioradas por la acción del hombre, sobre todo en la parte baja. El permiso esta pedido y concedido”.
Tratamiento del cardón y la tabaiba
Según explica el director del proyecto Cuna del Alma, un cardón, que puede ocupar 25 metros cuadrados, “no se puede trasplantar por sí mismo. Primero, porque tiene una raíz muy larga y no se puede sacar y, segundo, porque es una especie muy débil y en cuanto la intentas sacar, se muere”. Por ello “se sacan esquejes, se les da un tratamiento para que pueda arraigar, se siembra en un vivero que tenemos aquí y, en un tiempo, se traslada a la posición definitiva”.
Sobre la tabaiba apunta que tiene “una viabilidad mejor” para el trasplantado, pero tiene que ser en especies pequeñas. “Lo que normalmente se hace, según el criterio de los biólogos, es sacar tabaibas pequeñas y se mueven a otra zona y las grandes hay que eliminarlas”, reconoce. “Hay miles y no se pueden trasplantar todas. Es inviable y por eso siempre se verán imágenes de tabaibas viejas. Es el criterio que impera con el tratamiento de estas especies. No nos inventamos nada”, confirma.
A destiempo
Andrés Muñoz insiste en que “había un tiempo para presentar un recurso en el que nadie dijo nada y aprobado está. Por ello cree que “objetivamente los ecologistas no tienen razón” en las protestas y que no se puede utlizar el argumento de que "como a mí no me gusta vamos a reabrir el expediente”.
“En 2018 el Gobierno de Canarias nos aprobó la propuesta respecto al tratamiento de los valores etnográficos, unos 50. Que ahora llegue otra persona diciendo que no está de acuerdo… Como opinión, me parece fantástico, pero aquí no cabe la opinión. El momento para decidir si tenía valor o no fue otro”, afirma taxativo.
No obstante, no niega Muñoz que hubieran podido tener la razón en su momento. “Si lo hubieran planteado, se hubiera discutido y nosotros hubiéramos entrado en la discusión y si se hubiese dicho otra cosa distinta la habríamos tenido en cuenta a nivel de diseño de la organización, pero a toro pasado no puedes hacer eso”.
Parte no interesada
También explica el entrevistado, ante la queja de los ecologistas de la falta de contacto con ellos en la propuesta del proyecto, “que no son parte interesada” y lo dice la ley. “Son elementos valiosos que tenemos en la sociedad, pero jurídicamente no tienen por qué ser consultadas”.
“Lo irónico”, continúa Andrés Muñoz, “es que somos el primer proyecto con un enfoque medioambiental de la construcción”. Así, confiesa que lo que pretendían es “dar un paso más” en cuanto a la construcción sostenible, con certificaciones independientes. “Se ha hecho un esfuerzo enorme y ahí viene la ironía de que estemos en la picota por cuestiones medioambientales, pero te aseguro que no hay ningún proyecto que llegue, ni de lejos, al nivel de defensa o de diseño de sostenibilidad que tenemos nosotros. Uno no tiene el reconocimiento que espera o merece”, comparte resignado.
700 empleos en turismo
El futuro complejo Cuna del Ama repercutirá en actividad económica y empleo “y eso es algo que forma parte de Tenerife”, valora. Avanza Muñoz que se van a generar 700 puestos de trabajo en el sector turístico, “un valor para la isla”.
Cree que en Canarias hay un “estigma del turismo de masas” que se está intentando modificar desde las administraciones. “Una de las estrategias que han marcado es ir a un turismo de otro nivel de calidad, de menos personas con más aporte económico", una senda que considera que Cuna del Alma está cumpliendo "captando un turismo más caro”.
Mejora del entorno
A nivel local, según comenta, la zona del Puertito de Adeje “está absolutamente degradada desde el punto de vista medioambiental y social”, señalando la existencia de chabolas y basura.
Apunta que lo que van a hacer con cargo a su presupuesto es arreglar todo eso: la playa, las calles, el saneamiento, la red de electricidad, la iluminación, la limpieza… “Si se consigue mejorar el entorno, lo podremos disfrutar todos, porque la playa no va a ser privada, ni semiprivada. Primero, porque la ley no lo permite. Yo creo que ganamos todos”.
Asimismo, sostiene que “lo primero son los vecinos del puertito”, aludiendo a que llevan en una “situación complicada” durante mucho tiempo y para ellos “el proyecto es beneficioso por mucho que salgan noticias intentando hacerles bullyng porque están a favor de que se haga el proyecto”, finaliza.