El documento, de cuya publicación en la revista científica informa en un comunicado la Fundación para la Investigación Nutricional (FIN), se ha realizado con el apoyo de 43 organizaciones y fundaciones internacionales de alimentación, nutrición, dietética, y medicina, así como universidades y centros de investigación.
El principal objetivo de este documento, señala uno de sus impulsores, el profesor Lluís Serra-Majem, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y presidente de la FIN, es "proporcionar información útil y basada en evidencia científica para contribuir a la reducción del consumo de azucares añadidos a partir de alimentos y bebidas".
Nutrients publica el primer consenso iberoamericano de edulcorantesSeguridad garantizada y beneficios en general ponderados a cambios en los estilos de vida y en la conducta https://t.co/kjEART5Bjd— Lluis Serra (@serramajem) 26 de julio de 2018
Entre las conclusiones de este Consenso, los expertos destacan la seguridad de los edulcorantes bajos en o sin calorías, minuciosamente revisada y aprobada, que ha supuesto su autorización por organismos reguladores de salud de todo el mundo, como la OMS, las autoridades estadounidenses (FDA) o las europeas (EFSA).
"Recientes revisiones sistemáticas y metaanálisis han evaluado y confirmado los beneficios de este tipo de edulcorantes en pacientes con diabetes por su contribución a la mejora del control glucémico, cuando se utilizan para sustituir azúcares", expone el doctor Hugo Laviada, coordinador del grupo en investigación en Nutrición y metabolismo de la Universidad Marista de Mérida, en Yucatán.
La revista científica Nutrients publica el primer consenso iberoamericano de edulcorantes bajos en o sin calorías https://t.co/B5PbWY3obk elaborado por más de 60 expertos internacionales pic.twitter.com/NDfTY4QAHR
— EFEsalud (@efesalud) 26 de julio de 2018
Este primer Consenso Iberoamericano recoge las conclusiones de una reunión celebrada hace un año en Lisboa, organizada por la FIN, en la que participaron 67 expertos en nutrición y dietética, endocrinología, salud pública, actividad física y del deporte, pediatría, enfermería, toxicología y legislación alimentaria.
El documento de consenso sostiene que el uso de estos edulcorantes en programas de control de peso, utilizados como sustitutos de sacarosa o azúcares simples, puede favorecer la reducción de ingesta global de energía y la pérdida de peso.