En la época medieval pasaron muchas cosas. La caída del Imperio Romano, el nacimiento del islam, la invasión a la península ibérica, la guerra de los cien años y como no, la creación del vodka —no es moco de pavo—.
La historia de la bebida destilada se remonta al siglo XIV, cuando Isidoro el Monje creó un vino de pan con bajo contenido de alcohol. Hay que tener en cuenta que hay regiones de Rusia que son extremadamente frías. El pueblo de Oymyakon ha llegado a alcanzar los - 62 grados centígrados y las bebidas que contienen alcohol han servido históricamente como remedio para combatir el frío, un deporte de riesgo porque hace que las personas dejen de sentir la bajada de temperatura y puedan fallecer de hipotermia. De hecho, en Rusia un 25% de los hombres sin hogar mueren antes de los 55 años por este motivo.
En Canarias se encuentra el vodka que presume de ser el más puro del mundo, contiene un 0% de impurezas y se elabora en la destilería del municipio grancanario de Ingenio.
Los hermanos Banús
Los americanos son los primeros interesados en que un vodka sea 100% puro —reduce las fatídicas resacas—, el 32% del alcohol que consumen es vodka. Según los datos de la empresa, producen 300.000 botellas anuales y ya se ha ganado un hueco en la bodega de varias celebridades.
El vodka Blat elimina las impurezas de la fermentación, se rebaja con agua pura y luego se filtra a través de roca volcánica. Los hermanos Banús están detrás de esta ingeniosa elaboración y siguen los pasos de su abuelo, quién comenzó a producir bebidas en Tarragona en 1887. Una botella de 75cl cuesta unos 30 euros y contiene un 40% de alcohol, un obligatorio para los amantes de las bebidas destiladas que promete sorprender incluso a los más exigentes.