La inmigración y la crisis socioeconómica han puesto a Canarias en una situación límite. En lo que va de año, más de 30.000 migrantes han llegado al Archipiélago y la falta de recursos para acoger a tantos menores está tensando la capacidad del gobierno regional. Sin embargo, el problema no es solo local: es de toda Europa. Mientras tanto, un tercio de los canarios vive en riesgo de pobreza, los precios del alquiler han aumentado un 17,5% en siete años, y la vivienda pública prácticamente no existe. La inflación, superior a la media nacional, y la falta de valor agregado en la economía, a pesar del récord turístico previsto, agravan aún más las desigualdades. Las manifestaciones planeadas para el 20 de octubre son solo el comienzo de una respuesta social que pide cambios urgentes en la política económica de Canarias.