El Instituto Nacional de Estadística (INE) ofreció esta semana unos datos que muestran que Canarias es la comunidad autónoma que presenta los peores parámetros de calidad de vida de España. El estudio se basa en nueve nueve parámetros: condiciones materiales de vida, trabajo, salud, educación, ocio y relaciones sociales, seguridad física y personal, gobernanza y derechos básicos, entorno y medioambiente y experiencia general de la vida. Y en todos sale mal parado el Archipiélago.
Si se exceptúan Ceuta y Melilla, Canarias tiende a estar entre el segundo y primer puesto en los datos que calculan las condiciones de vida de los ciudadanos. Es la comunidad con mayor desigualdad, con mayor carencia material severa y con mayor porcentaje de población que vive en hogares con determinadas deficiencias (33,1%), lo que después se traslada a que el 57,2% de los canarios son incapaces de hacer frente a un gasto imprevisto. En ningún otro territorio tienen una cifra tan alta, de hecho la media nacional es del 35,5% de los españoles.
Que los territorios que salen peor parados de este estudio estén situados geográficamente fuera de la Península no es casualidad. Retrata una realidad: el Estado, durante siglos, trató a sus ciudadanos como españoles de segunda categoría. El problema, sin embargo, mosquea más cuando uno repara en que Canarias acumula ya 40 años de autogobierno. Toca ponerse las pilas aquí (y no señalar sólo a Madrid)