Los termómetros están disparados. Cuando todos pensábamos que era el momento de sacar el abrigo, van las temperaturas y alcanzan los 39,4 grados centígrados en el aeropuerto de Tenerife Sur en pleno otoño. La agencia de meteorología lo confirmó como el dato más alto para un mes octubre desde que hay registros.
Solo un día después, se registran en El Hierro 40,6 grados alrededor de las 15.00 horas. Un nuevo récord de calor.
Según David Suárez, delegado de la Aemet, este episodio de calor en otoño se debe a tres factores. Por un lado está la influencia de la dorsal africana, una zona con altas presiones y efectos similares a un anticiclón. Este fenómeno provoca un tiempo muy estable y con muy pocas nubes.
Influye también la irrupción de una masa de aire africano caliente sobre las Islas, lo que se expresa en forma de famosa calima, polvo en suspensión proveniente del Sáhara. Y por último hallamos el factor menos conocido, un fenómeno llamado subsidencia, que supone un movimiento descendente del aire desde capas medias y altas de la atmósfera hacia otras más bajas, que comprime el aire y lo calienta.
Reactivación del incendio
Las altas temperaturas han provocado que se reactive el incendio que en agosto asoló los montes de la isla, aunque aparentemente ya esté controlado de nuevo tras haber obligado al desalojo de más de 3.000 vecinos en Santa Úrsula y La Orotava, que ya han podido regresar a sus casas.
Lo que podríamos definir como una anécdota climática inusual se ha convertido en un foco de preocupación para una isla que aun no se ha recuperado de las devastadoras consecuencias del peor incendio de los últimos 40 años y lo peor es que aun quedan varios días de un calor insufrible que puede coadyuvar al mantenimiento del fuego. Que se vaya de una vez, por favor.