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Sociedad

Los vecinos de Bajo la Cuesta se enfrentan a un nuevo desalojo

El Servicio Provincial de Costas ha notificado a los vecinos del barrio de Candelaria que deberán desalojar sus casas

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Barrio de Bajo la cuesta. / AtlánticoHoy

Los vecinos del barrio costero de Bajo la Cuesta, en Candelaria, han recibido en los últimos días una carta del Servicio Provincial de Costas avisando de que deberán desalojar sus casas en virtud del expediente cuyo objetivo es la demolición. Esta carta supone una nueva lucha contra Costas para unos vecinos que llevan décadas defendiendo sus casas. Muchos de ellos, de hecho, llevan más de cinco años sin poder acceder a sus viviendas a causa de un desalojo provisional. 

El 27 de octubre de 2016 los vecinos de las 49 viviendas que conforman la calle Manuel Oliva, más conocida como Bajo la Cuesta, en Candelaria, se vieron forzados al desalojo de sus casas bajo la premisa de obras de contención del talud bajo el que se ubican sus casas. Ante la situación de quedarse sin una solución habitacional tras el desalojo, muchos vecinos se plantaron en el terraplén situado al lado de la Central de Unelco y montaron un camping como solución provisional. Finalmente las obras de contención del talud se paralizaron y cinco años después de la orden, tan solo han vuelto a sus casas los vecinos hasta el número 31 y en el camping ya no quedan vecinos.  

Desalojo provisional que dura cinco años

Las cartas de desalojo han llegado a diferentes días por lo que las fechas límites para presentar alegaciones cambian dependiendo del número de la vivienda. Algunos de los vecinos se han reunido ya con el abogado y presidente de la Plataforma de Afectados por la Ley de Costas, José Luis Langa, quien ha declarado a Atlántico Hoy que lo que están viviendo los vecinos de Bajo la Cuesta “es una situación dantesca y se sale de cualquier sentido común”. 

Se refiere a aquellos que llevan desde 2016 sin poder regresar a sus casas por una medida cautelar provisional y que ahora han recibido esta carta de desalojo. “Desde mi punto de vista no hay ningún juez que adopte una medida cautelar y que se mantenga durante cinco años”, explica Langa. Para el abogado, el primer paso que se debe solucionar es que los vecinos que no han podido regresar a su casa lo hagan a través de resolución. 

Carta de desalojo de costas

Según la carta que llegó a los vecinos Costas se ampara para el desalojo en la ley 22/1988, de 28 de julio, que establece que “las obras e instalaciones construidas con anterioridad a la entrada en vigor de la presente Ley, sin la autorización o concesión exigible con arreglo a la legislación de costas entonces vigente, serán demolidas cuando no proceda su legalización por razones de interés público”. Langa defiende, entre otras cosas, que este es un territorio consolidado y que queda mucho por investigar en este caso. 

No es la primera vez que Costas ha intentado proceder al desalojo del barrio. Hace una década los vecinos recibieron también una carta de desalojo, pero tras presentar varios recursos el plazo de tramitación del expediente expiró y finalmente los vecinos pudieron quedarse en sus casas. 

Un paraíso sin turistas

A diferencia de otros barrios costeros de la isla, a Bajo la Cuesta acceden pocos turistas. Su situación al lado de la Central de Térmica de Las Caletillas y al estar casi escondidos por el talud de la autopista TF1 entre Las Caletillas y Barranco Hondo, lo hace poco transitado. En sus playas pocas veces se ve arena y tienen difícil acceso, pero para los pocos vecinos que acceden a esta calle de casi un kilómetro, Bajo la Cuesta es un lugar paradisiaco. Un paraíso que se ven obligados a abandonar según ordena Costas.