El Obispo de Canarias, José Mazuelos, anuncia en Gran Canaria el nombramiento de Cristóbal Déniz, natural de la isla, como nuevo obispo auxiliar de la Diócesis de Canarias. Al mismo tiempo, Bernardo Álvarez, obispo de Tenerife, sale del Juzgado de Primera Instancia de Santa Cruz de Tenerife tras declarar ante la fiscalía para determinar si las declaraciones homófobas que realizó en enero para Televisión Canaria son constitutivas de delito.
Estos dos hechos que ocurrieron en la mañana de este miércoles arrastran un historial de declaraciones y contraprogramaciones entre ambos obispados en el que Mazuelos ha hecho lo posible por no verse salpicado por los escándalos que está sufriendo la Diócesis Nivariense.
Mazuelos no ve odio
Mazuelos, sin embargo, tiende la mano a Álvarez. El obispo de Canarias, durante la rueda de prensa que anunciaba el histórico nombramiento por parte del Vaticano de Cristóbal Déniz como obispo auxiliar, declaró que no cree que el clérico odie ni suscite el odio contra nadie y que pondría "la mano en el fuego" por Bernardo Álvarez.
Ahora bien, el encuentro con los medios estaba programado para la misma hora en la que se preveía que el obispo de Tenerife saliese del Palacio de Justicia de la capital tinerfeña. Álvarez no realizó ningún comentario, ni al llegar, ni al salir. Entró en el edificio solo y se fue acompañado de su abogado ante una decena de periodistas que le preguntaron si pensaba volver a pedir perdón. El sacerdote se mantuvo en silencio, subió a un coche y se marchó.
Las Palmas, sin bienes mal registrados ni abusos
A pesar de que ahora Mazuelos salga en su defensa, lo cierto es que la Diócesis de Canarias lleva semanas desmarcándose de los sucesivos escándalos.
El obispado en la provincia de Las Palmas anunció el 25 de enero que no tenía ninguna propiedad mal registrada, un día después de que la Conferencia Episcopal hiciese pública la lista de bienes inmuebles inmatriculados entre 1998 y 2015, de la que se desprendía que el Archipiélago contaba con 17 expedientes de bienes duplicados, 32 propiedades para las que no había suficientes datos de identificación y 20 adquiridos por otros procedimientos (donaciones, compraventas, herencias, permutas...).
La Diócesis Nivariense (provincia de Santa Cruz de Tenerife) emitió entonces un comunicado en el que decía no tener ningún interés en quedarse con bienes que no le perteneciesen, pero la sombra de la duda ya estaba sembrada.
Atlántico Hoy, tras tener acceso a la lista de la Conferencia Episcopal, comprobó que la Iglesia tinerfeña había "perdido" varios inmuebles, como una iglesia, una ermita o un calvario en La Laguna, de los que el Obispado desconocía su localización pese a ser de su propiedad. Poco después, este periódico también tuvo acceso a la lista de bienes de la Iglesia que no pagaban el IBI en La Laguna, comprobando que muchos de ellos no tenían un interes histórico ni cultural, como el Seminario Diocesano, valorado en más de 14 millones de euros en el catastro.
Este mismo martes, el Obispado de Canarias quiso volver a mostrar ejemplaridad en sus filas. Mazuelos declaró para la Cadena SER no haber recibido ninguna denuncia de abusos sexuales, declaraciones en el marco de la petición de la Fiscalía General del Estado de informes a las comunidades autónomas sobre los abusos a menores de la Iglesia. El fiscal superior de Canarias, Luis del Río, había remitido dos denuncias pendientes de presuntos abusos en el seno de la Iglesia, las dos relativas a la provincia de Santa Cruz de Tenerife.
¿Contraprogramación?
El anuncio del nombramiento de Déniz como Obispo auxiliar en la Diócesis de Canarias es la última vuelta de tuerca en este juego de contrapesos, pues José Mazuelos comparecía en rueda de prensa para valorar esta decisión y ofrecer más detalles sobre las funciones que desempeñará el clérigo pese a que la noticia ya había sido dado a conocer por la Conferencia Episcopal Española. Mientras tanto, un Bernardo Álvarez visiblemente serio abandonaba los juzgados sin dar ningún detalle sobre la vista.