Hace poco más de un año, el 22 de octubre de 2021, la Concejalía de Solidaridad Internacional del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria descubrió una placa en honor de las personas migrantes en la Plaza de la Feria. Hoy, de ese ofrenda municipal, sólo queda un monolito en medio de una parcela de césped: el distintivo, tras varios ataques, fue vandalizado y arrancado.
Desde el área de Solidaridad Internacional, bajo la dirección de Pedro Quevedo (Nueva Canarias), ya se ha encargado una nueva placa para su reposición en el mismo lugar. "Lo haremos las veces que haga falta", señalan desde el ayuntamiento. "Si la rompen y la arrancan cien veces, la repondremos cien veces", añaden desde las oficinas municipales.
Ataques previos
Antes de que la placa fuera despegada del monolito, los vándalos rayaron la inscripción e intentaron eliminar el mensaje con unas llaves o una lima. Al no conseguir ese primer objetivo, los gamberros emplearon ácido para destruir la insignia. Tras varios asaltos, en el último embate optaron por despegarla de la base y dejarla tirada en el césped.
En el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria prefieren ser prudentes y no calificar la agresión –de momento– como un ataque relacionado con delitos de odio, aunque recalcan que poco después sucedió lo mismo con la placa colocada en el Parque Santa Catalina que homenajea a los y las disidentes sexuales y de género que sufrieron persecución durante la dictadura franquista. Esa iniciativa forma parte del proyecto Estrategia para la Memoria Histórica de la disidencia sexual y de género en Canarias de la Dirección General de Diversidad del Gobierno de Canarias, que promueve la significación de lugares y monumentos en diversos lugares emblemáticos del Archipiélago.