La directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, María José Blanco, ha afirmado este viernes en rueda de prensa que llegó a temerse que el cono del volcán se desmoronara en medio de un episodio explosivo sin precedentes desde que comenzó la erupción.El comité científico del Plan Especial de Protección Civil ante Riesgo Volcánico de Canarias (PEVOLCA) optó inicialmente por pedir a los ciudadanos que se confinaran en sus casas ante el riesgo de lluvia intensa de cenizas, quizás con algunas partículas de piroclastos ligeramente más grandes.Pero al comprobar la subida repentina de la actividad y las nuevas coladas de lava, se observaron tres riesgos para la población no evacuada: caídas de material piroclástico de mayor tamaño, riesgo de verse expuestos a una colada y, en el peor de los casos, quedar dentro del radio de alcance de un flujo piroclástico de alta velocidad si el cono colapsaba.Por ello se decidió evacuar los núcleos poblacionales de Tajuya, Tacande Arriba y Tacande Abajo y se constató que se habían abierto dos nuevos centros de emisión de la lava en la zona suroeste del cono principal que emitían lavas de gran fluidez.Se trata de dos centros de emisión separados entre sí y no se ha constatado fisuras que podrían poner en riesgo la estabilización del cono principal.La directora del IGN ha manifestado que el sistema ha tenido una sobrepresurización y por ello se han producido explosiones muy fuertes durante el día de hoy y, aunque la actividad sísmica ha disminuido el proceso eruptivo no ha parado.Además ha advertido del comportamiento cíclico que tiene, con periodos de mayor estabilidad y otros de mayor intensidad.Blanco ha señalado que las coladas de lava que surgen de las dos nuevas bocas eruptivas son poco viscosas por lo que pueden saltar obstáculos geográficos y se desplazan por encima de la lava ya existente.Por su parte, el director del PEVOLCA, Miguel Ángel Morcuende, ha señalado que después de la gran actividad registrada, se decidió la evacuación pensando en la seguridad de las personas, unas 160 personas, según Morcuenda, aunque el Ayuntamiento de El Paso las cifra entre 300 y 400.