La intensa llegada de cayucos y pateras a lo largo de esta semana ha sido un recuerdo para Canarias y para el resto de Europa: el Atlántico sigue siendo la ruta más peligrosa del mundo respecto a la migración. El jueves fue un día frenético para los cuerpos de emergencia y rescate: seis cayucos y una lancha neumática con 677 migrantes a bordo —entre ellos 26 menores—. Uno de ellos falleció en el Hospital de El Hierro, doce podrían haber muerto en la travesía y cinco, entre ellos un recién nacido, fueron evacuados en helicóptero.
‘Inmigrante número 119 R3’, eso es lo que aparecerá en la tumba de un joven de 24 años, con nombre, apellidos e historia que falleció a las pocas horas de ingresar en el centro hospitalario. Su muerte ha servido para saber lo que le pasó a todos los demás que se quedaron por el camino: inanición y altos niveles de sodio en el cuerpo, es decir, lo mató el hambre y el agua de mar que bebió para calmar la sed.
Medio centenar de fallecidos
Los ocupantes del cayuco partieron desde Nuakchot, la capital de Mauritania, hace 13 días —la semana del 25 de mayo—. Desde ahí hasta El Hierro hay unos 1.100 kilómetros de navegación y se tarda en cubrir unos siete días, el tiempo que los ocupantes toman como referencia para calcular las provisiones de comida, agua y combustible. Ellos, sin embargo, pasaron 10 días en medio del Atlántico.
¿Por qué? Los supervivientes han relatado que al tercer día de travesía se quedaron sin motor, a merced de las corrientes y el viento. También han relatado que al inicio, en el cayuco iban unas 110 y 120 personas, entre las que se incluían mujeres y niños —aunque los testimonios son aún confusos—. Esto significaría que habrían muerto unas 40 o 50 personas en el trayecto —sobrevivieron 67—.
Un trauma
Según contaron a las asistencias sanitarias, los compañeros que iban perdiendo por el camino tuvieron que ser arrojados al mar conforme iban muriendo. Fuentes de los servicios de emergencia en El Hierro han contado a EFE que muchos de los que consiguieron llegar a tierra pasaron sus primeras horas llorando, sobrecogidos por lo que habían tenido que vivir.
El colectivo Caminando Fronteras está revisando las alertas que ha recibido de familiares sobre cayucos que partieran hacia Canarias desde Mauritania en esas fechas, 25-26 de mayo. De momento, dispone de datos de uno que salió esos días con 95 ocupantes, pero aún no ha confirmado que sea el mismo, ha señalado una de sus portavoces