Rechazo del TSJC de extraditar a Bolivia a una mujer condenada por asesinato y robo en Tenerife

Los acontecimientos tuvieron lugar en el barrio santacrucero de El Toscal, cuando la acusada propinó cien martillazos en la cabeza a la víctima

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La Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha rechazado extraditar a Bolivia de una ciudadana de este país que en 2017 asesinó a martillazos a una mujer de la misma nacionalidad, con la que cuidaba a una anciana, para robarle luego 1.000 euros.

En 2019 un tribunal popular la consideró responsable de un delito de asesinato con alevosía y posteriormente fue condenada a 19 años de prisión por este delito, otros diez por hurto y a pagar 150.000 euros a los familiares de la víctima.

La condenada se opuso a la extradición ordenada por un Juzgado de lo contencioso, que además tenía aparejada que no podría entrar en España durante un período de diez años.

Oposición del TSJC


El TSJC se opone a que sea devuelta a su país porque la sentencia correspondiente podría tardar más aún que la condena, dado que existe un arraigo familiar y pese a que su hija es mayor de edad, se da el hecho de que junto con su pareja reside en La Palma y la visitan de forma periódica.

Además, la procesada contaba con un permiso de residencia en España en el momento en el que ocurrieron los hechos. La Fiscalía llegó a calificar de “pesadilla” los acontecimientos que tuvieron lugar en el domicilio situado en el barrio santacrucero de El Toscal. En aquel momento la procesada asestó cien martillazos en la cabeza de la víctima cuando se encontraba indefensa mientras se bañaba.

Entonces la mujer cogió un esta herramienta tipo carpintero de mango de madera rojo y cabeza maciza y aprovechando que la otra mujer se había desnudado y se encontraba dentro del plato de ducha, se introdujo en el baño sin que la viera.

Ataque sorpresivo 

A partir de aquí la atacó de manera sorpresiva para, sin posibilidad alguna de defensa por parte de la víctima y con una violencia inusitada, propinarle más de 100 golpes en la cabeza con el martillo durante varios minutos.

Los hechos que condujeron a semejante acto de violencia extrema radican en la discusión surgida entre ambas por hacerse cargo de los cuidados de una mujer, la propietaria de la casa, de lo que se encargó la acusada durante el mes de vacaciones de la víctima.

Aunque la primera cobró 1.000 euros por ello, se enteró de que la víctima había recibido otro tanto durante este mes de vacaciones. Esa misma mañana discutieron al respecto, dado que la acusada pretendía quedarse también con parte de ese dinero y además aspiraba a asumir el cuidado de la anciana.

Se estima que era consciente 

Durante el juicio se demostró que muchos de los golpes fueron propinados ya en el suelo anulando la capacidad de defensa de la víctima y provocándole entre otras muchas lesiones una fractura en el cráneo de gran tamaño, que penetró profundamente en el interior de la masa encefálica, la cual provocó su muerte al afectar directamente a centros vitales encefálicos y al causar una hemorragia masiva.

Los peritos certificaron el gran dolor y padecimiento que debió sufrir la víctima antes de su fallecimiento, con el efecto de un cuadro de ansiedad extremo en grado de terror temiendo por su vida mientras estaba siendo agredida.

Durante un período de tiempo indeterminado se estima que la mujer era plenamente consciente de lo que ocurría.

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