El mar que rodea al Archipiélago cada vez es más caliente. El aumento de las temperaturas a nivel global está provocando que Canarias tienda más a un clima tropical, por lo que es problable que cada vez más las Islas se vean expuestas a tormentas tropicales como Hermine y Delta. El doctor en Geografía y director de la Cátedra de Reducción del Riesgo de Desastres y Ciudades Resilientes de la Universidad de La Laguna, Pedro Dorta, ha avisado de que el Archipiélago carece de la preparación para afrontar el futuro incierto que dejará el cambio climático, con menos lluvias, incendios más virulentos y sequía.
El análisis de esa tropicalización de Canarias lo ha realizado Dorta duarnte una conferencia dedicada al cambio climático celebrada por la Fundación Santa Cruz Sostenible. Las evidencias están en la temperatura -con noches que sobrepasan los 20 grados- y en las lluvias -que están apareciendo también en verano, fenómeno que no se daba antes. Esta situación está llevando a los expertos a apuntar que Canarias tiende a la tropicalización de su clima. De hecho, el profesor universitario ha apuntado que el cambio está provocado por el aumento de las temperaturas marinas, “que se dan más en nuestro ámbito que en el Caribe”.
Las consecuencias son preocupantes, porque el entorno oceánico que recubre a Canarias se está calentando, sin embargo es la corriente fría de Canarias “la que nos libra de los ciclones tropicales”. Por eso avisa que “si las aguas que nos rodean se calientan, el número de fenómenos tropicales aumenta” y que por tanto “no es descartable” que en algún momento nos afecte alguno de los fenómenos extremos que ya se dan en el Caribe.
Más tormentas
De hecho “ya hemos tenido dos avisos”. Por una parte la tormenta tropical Delta (2005), que azotó son fuertes rachas de viento a las islas, por otro Hermine (2022) que dejó tanta lluvia en un día “lo mismo que los 40 años previos juntos”. Estos avisos son los que hacen advertir a los expertos de la probabilidad de que las islas se vean expuestas a la llegada de tormentas tropicales que traigas ambos fenómenos juntos.
Una de las consecuencias es que se incrementen los torrentes de aguas. Si bien en general las precipitaciones sufrirán un descenso a causa del cambio climático, un factor preocupante es que las precipitaciones asociadas a los fenómenos inestables extremos de origen tropical se está incrementando, ha avisado Dorta.
Así que a la pregunta de si Canarias está preparada para las consecuencias del cambio climático la respuesta es un rotundo no. Uno de los ejemplos que ha puesto el experto es la cantidad de cauces de barrancos en la capital tinerfeña que no tienen salida al mar. “Cuando tengamos precipitaciones iguales a las del 31 de marzo de 2002 cabría preguntarse si va a suceder lo mismo”, ha comentado al respecto de la riada que provocó la muerte de ocho personas en Santa Cruz de Tenerife.
Fenómenos potenciados
Pero el territorio frágil y fragmentado del Archipiélago no solo se ve expuesto a un aumento de los ciclones tropicales sino también al aumento de la virulencia de los incendios, por ejemplo. Dorta ha insistido durante la conferencia en que los incendios forestales en principio no están relacionados con el cambio climático, “están relacionados con el abandono de la agricultura" si bien "el cambio climático puede incrementarlos”. A esto se suma el problema de que los grandes incendios forestales solo se apagan, “por muchos hidroaviones que tengamos”, cuando cambia el tiempo o se quema todo, ha valorado.
Por su parte, está “empezando a intensificarse” la sequía. Los modelos predicen que cada vez va a llover menos, con una evaporación del agua que se va a producir más rápido. Esto planteará nuevos retos en la forma de conseguir agua potable. En este sentido Dorta ha planteado que cuando antes se mitigue y se reduzcan los gases de efecto invernadero menor será el impacto de las consecuencias del cambio climático.
Repensar el modelo
El experto ha hecho hincapié en el papel fundamental que juega el modelo económico a la hora de seguir alimentando las consecuencias del calentamiento global. “Tenemos 400.000 vuelos anuales, con 15 millones de turistas y aumentando", ha criticado, ante lo que ha añadido que "cada viaje de esos turistas supone medio kilo de CO2 de cada persona, por tanto al final la huella del turismo en Canarias supera las seis millones de toneladas”. Ante el modelo turístico que explota Canarias ha criticado que “estamos viviendo en una economía que tiene una huella de carbono muy importante”.
En definitiva, Dorta ha avisado de que si “en 20 años ha habido un coste de 600 millones de euros”, en relación a las consecuencias de los fenómenos meteorológicos, la tendencia es que se produzca un aumento de los costes a medida que se avance.
“Hay un deterioro importante ya de espacios naturales, sobre todo en alta montaña, empieza a haber una afección importante en los ecosistemas marinos, hay daños en los sistemas agrícolas, hay una necesidad de obtener más agua, por tanto un mayor coste, también en la refrigeración, los médicos están ya preocupados por las enfermedades derivadas del calor y los medios urbanos son cada vez menos habitables”, ha avisado Dorta de la situación que ya se da en las islas. Ante un panorama incierto y bajo la evidencia de un cambio climático que no da pie a dudas, el doctor en Geografía avisa de que se ahora es el momento de mitigar el impacto que va a tener para las islas.