El Típico de Tenerife es uno de los personajes más reconocibles de las redes sociales. Y hablamos exclusivamente de las redes sociales porque su identidad sigue siendo un misterio después de tantos años.
A partir de su trabajo humorístico a través de sus viñetas, el Típico ha ido creciendo hasta convertirse en un auténtico empresario sacando nuevos proyectos alternativos, como fue el caso del calendario 2023 junto a Imanol Zuaznabar o su última idea que ha causado furor en la sociedad tinerfeña: La historia gráfica Canarias Año 2093.
“Tenía claro que quería hacer una historia distópica y que la narrara alguien en primera persona, sin diálogos entre personajes, y desde el futuro. Solo una descripción de una realidad en nuestra misma isla, pero dentro de unos 70 años”, explica el autor en una entrevista concedida a Atlántico Hoy.
Canarias Año 2093
Para quien no se haya acercado a la realidad futura proyectada por el Típico de Tenerife, la historia relata la vida, en primera persona, de uno de sus habituales personajes en un hipotético año 2093, donde la sociedad isleña está dividida en dos facciones: La Zona Residente y la Gran Zona Resort (exclusiva para turistas), donde los primeros viven por y para satisfacer las necesidades de los segundos en unas islas cargadas de mega instalaciones turísticas.
“Ya en septiembre de 2021 hice una historia de este estilo, pero más en la línea de la sátira y humor habitual que uso siempre en mis viñetas. En esa ocasión se veía un futuro más cercano, y la temática estaba centrada en los charcos”, comparte el Típico.
La idea
La idea de esta nueva historia le rondaba en su cabeza desde hacía tiempo por las diversas complicaciones sociales que vive Canarias. Así, cuenta que fue escribiendo un pequeño guion sobre problemáticas como la escasez de agua, la contaminación de playas, la masificación, la sobreexplotación turística, el tema basuras, trabajos precarios en el sector servicios, problema de vivienda... “La idea fue imaginar cómo se desarrollaron todos estos conflictos y en qué realidad desembocaron. Hasta que finalmente terminé un boceto de esa historia que imaginaba”, reconoce.
“Es un género de ficción-distopía o ciberpunk, pero para mí es absolutamente real”, señala el autor gráfico. “Necesitaba hacer real las preocupaciones y predicciones del presente y, por ello, la única narrativa posible era desde el futuro. Tengo la certeza de que en 70 años será perfectamente plausible. De hecho, quizás antes”, agrega.
Así, se retrotrae al pasado más próximo y recuerda que “este año estamos viviendo cosas que hace cinco años diríamos que no serían posibles: falta de agua corriente en poblaciones de Fuerteventura mientras en zonas turísticas sí tienen caudal, sequías, problemas con las viviendas en suelos de "zonas turísticas"... En definitiva, para mí es sin duda una más que posible realidad”.
Respuesta
Con casi una semana desde que lo compartiera en sus redes sociales, Canarias Año 2093 ha sido recibida por el público de forma “bestial” y no quiere olvidar el cariño que siempre ha recibido. “La gente es increíble. Vivo una realidad en redes sociales muy privilegiada porque no conozco apenas el fenómeno hater y siento que me dan siempre mucho valor a todo lo que hago”, resalta el Típico, que cuenta en Instagram con más de 130.000 seguidores.
“A mí simplemente me gusta crear cosas, viñetas, historias, y canalizar mis inquietudes en esos formatos. Lo bonito es que nunca tengo un plan detrás, o una determinada estrategia, voy haciendo lo que me inquieta en ese momento y siempre tengo un feedback con la gente muy puro y bonito”, expone.
Asimismo, confiesa que ha recibido correos y mensajes de profesionales de la docencia que le pedían permiso para utilizarlas en sus clases, incluso de personas que se ofrecían a componer música por si quería transformarlo en un vídeo. “Una locura. Siento un agradecimiento inmenso. Intento responder siempre a todos los mensajes, pero a veces me lleva varios días. Es lo mínimo que puedo hacer, corresponder todos esos mensajes bonitos”.
Viñetas novedosas
Respecto a la novedosa conformación de las viñetas, apunta que fue “un reto” porque iba a ser algo diferente: “sin bromas, sin bocadillos y sin esas situaciones cotidianas de nuestro presente entre los personajes de siempre”. También el hándicap de hacerlo en un máximo de 10 viñetas -que es lo que permite Instagram como tope en un post en formato carrusel- le hizo aumentar el challenge. Tanto es así, que asegura que primero se planteó hacer solamente un hilo de texto en Twitter, pero no le generaba la satisfacción que sí lograría algo mucho más visual. “Fue a partir de ahí cuando decidí darle salida en formato cómic”.
Además, para la creación de las imágenes, el Típico confiesa que es la primera vez que utiliza la Inteligencia Artificial como herramienta. “Estuve casi una semana completa haciendo pruebas, aprendiendo a hacer descripciones detalladas en inglés de lo que quería.; salí a hacer fotografías con mi móvil para volcarlas y darle referencias...”, desarrolla sobre el proceso.
“Finalmente fui consiguiendo que me generara buenas aproximaciones de lo que tenía en mente y después las volqué en Photoshop e Illustrator para darles el acabado que quería. Creo que esta herramienta era imprescindible para poder darle ese toque apocalíptico y distópico, y la historia merecía un resultado gráfico de ese nivel y características”, sentencia sobre el valor de la tan manida actualmente utilización profesional de la IA.
Más proyectos
Tras el éxito de Canarias Año 2093, su creador no descarta volver más adelante con ella. “Me quedaron muchas cosas que contar en los borradores. En su momento pensé en publicar durante dos o tres días para que la historia pudiera ser más grande, pero eso quizás hubiese sido demasiado pretencioso”, abunda el Típico que, no obstante, resalta que “al final el resultado fue inmejorable y es importante también concentrar todo en un solo impacto para poder invitar a los lectores y las lectoras a reflexionar”.
Al respecto, sobre hipotéticos proyectos más ambiciosos en cuanto a extensión, este influencer gráfico afirma que es “muy fan de la novela gráfica, de los cómics... y las historias distópicas”, pero se considera consciente de que lo que hace es simplemente publicar en redes sociales. “Un cómic completo o un libro son palabras mayores. Se necesita mucha creatividad, mucho talento y dominar una cantidad importante de herramientas y recursos. Es un mundo que ni siquiera puedo imaginar del todo, y respeto muchísimo al mundo profesional de este género, donde hay artistas que admiro y quienes ni soñando puedo acercarme algo”, explica, “pero si llega una propuesta en este sentido, seguro que la valoro”, añade para finalizar.