Desde que salió Tiburón en 1975, estos animales no han tenido muy buena fama. El pánico se desata desde que una aleta se vislumbra por encima del agua, algo que ha ocurrido últimamente en las playas canarias, como el tiburón martillo visto en la playa de Melenara en Gran Canaria o el tiburón ballena en la isla de El Hierro.
¿Por qué se ven cada vez más especies de este animal por las costas del archipiélago? ¿Algo les está llamando la atención? ¿Se está produciendo una proliferación? La respuesta es no, los tiburones no están viniendo en masa a Canarias como los turistas. Lo que ocurre es que, como Spielberg filmó a ese tiburón blanco, la población ahora gracias a los teléfonos móviles graba a los tiburones desde que los ven y lo comparten en redes sociales, por lo que queda constancia de los avistamientos de esto animales que siempre han vivido alrededor de las islas.
Una mayor constancia de avistamientos
Así lo cuenta Fernando Tuya, profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Tuya explica que el número de usuarios que visitan las costas canarias “se ha disparado”, desde la gente que va a la playa hasta la que practica algún tipo de deporte acuático, como el windsurf. A esto se suma la presencia de los teléfonos móviles. ¿Quién a día de hoy no cuenta con algún smartphone con una cámara medianamente decente?
Es por ello que con el aumento de personas que van a las playas y la facilidad para documentar todo lo que ocurre a nuestro alrededor, se produce una mayor observación de la costa que hace 50 años, señala el profesor. Y todo lo que se ve queda grabado y colgado en redes sociales. “Ahora queda constancia de todo, mientras que antes no se decía nada”, apunta.
Así es el tiburón ballena
Tuya expone que “siempre se han visto tiburones en las islas porque son especies naturales”, poniendo de ejemplo al angelote, que se entierra en la arena de la orilla de las playas de las islas, siendo el Archipiélago el último sitio donde este escualo se ha mantenido ante la reducción del número de angelotes en el resto del mundo posicionándolo como especie en extinción. Las aguas alrededor de Canarias son un santuario para un gran número de especies de tiburones y rayas.
Es el caso del tiburón ballena, considerado de los peces más grandes del mundo. Visitan en ocasiones las islas en sus viajes y las personas que realizan buceo se emocionan cuando tienen la oportunidad de ver uno. Se alimenta de plancton y son inofensivos. Al igual que su compañero el tiburón martillo, que más allá de lo que se pudiera pensar, es muy asustadizo, asegura el biólogo Liam Barreto.
Seres inofensivos
El profesor de la ULPGC hace hincapié en que, a pesar de la alarma que se disparó con la aparición del tiburón en la playa de Melenara, por ejemplo, no existen datos científicos que confirmen un aumento de tiburones en las playas del Archipiélago. Este acercamiento de los escualos a las costas canarias se puede deber, sobre todo, a la búsqueda de alimento y las piscifactorías resultan un atractivo.
Asimismo, Barreto, por su parte, añade que las presas se están acercando también más a la costa, por lo que los tiburones tienden a acercarse a su vez tras ellas, pero en ningún momento el motivo de este acercamiento se debe a las personas. El biólogo insiste en que en muchos casos, como los tiburones martillos, los animales son asustadizos e inofensivos. Cuando se divisa alguno, se ha de llamar a profesionales, como biólogos marinos, además de a las autoridades para que controlen la situación. Pero no suponen ningún problema, reitera, y lo mejor es mantener la calma para no excitar a los escualos, que una vez cacen o no pillen nada, se volverán a sus cosas.