Loading...

Sociedad

El tesoro millonario escondido en las profundidades de Canarias que nunca ha sido encontrado

Su valor es de 3,4 millones de euros y lleva escondido casi 140 años en las profundidades del mar canario

1 minuto

Imagen de una persona con un mapa del tesoro / UNSPLASH

Los fondos marinos de Canarias esconden un sinfín de vida. Buzos y expertos se adentran diariamente en busca de especies y paisajes submarinos capaces de quitar el aliento. Entre toda esa biodevirsidad también se encuentran los restos de muchas aventuras; navieras que nunca llegaron a su destino, mensajes embotellados con textos indescifrables corrompidos por el paso del tiempo y tesoros. 

Sí. Debajo de las Islas también hay tesoros muy bien escondidos, pues nadie ha podido encontrarlos a pesar de que su existencia es tan real como la vida misma —aunque parezca una escena de Los Piratas del Caribe—. Es en el sureste de Gran Canaria donde se encuentra uno de los mayores tesoros bajo el mar, una caja que contiene monedas de oro por valor de 3,4 millones de euros. 

El tesoro escondido 

El portador del tesoro poco puede decir, —el buque Alfonso XII que se hundió hace 138 años— se perdió en una zona donde se han documentado unos 22 naufragios, en el Triángulo de las Bermudas canario situado al suroete de Gran Canaria, en la Baja de Gando. 

Su ubicación no es secreta y son muchos los aventureros que han salido en busca del dinero perdido, pero todos, hasta el momento, han vuelto con las manos vacías. 

Imagen del buque Alfonso XII / ARCHIVO

Millones en el agua 

Quizás se pregunte el lector cómo ha llegado ese tesoro al fondo del mar de Canarias. El buque Alfonso XII era un trasatlántico de 110 metros de eslora y 10 años de antigüedad que se hundió el 13 de febrero de 1885. 

En el trayecto llevaba 100.000 monedas de oro repartidas en 10 cajas destinadas a pagar a los soldados españoles que estaban en Cuba. De todas las cajas consiguieron recuperar nueve, pero una de ellas —por valor de 3,4 millones de euros— nunca se encontró. 

Algunas personas han dado con monedas sueltas que guardan como oro en paño, nunca mejor dicho, pero nunca el resto del tesoro. Quién sabe si algún submarinista dio con la caja y se la llevó en secreto o si aún perdura en los fondos de Canarias a la espera de que un habilidoso buzo de con su paradero.