En todo el territorio nacional hay numerosas maneras de señalar que algo o alguien está extremadamente lejos. "En el quinto pino", "donde Cristo perdió el mechero", "está en Tunte" o "está en Chipude" —estas dos últimas usadas en Gran Canaria y Tenerife respectivamente— son algunos ejemplos de frases hechas que se emplean casi a diario.
Justo en uno de esos lugares alejados, Chipude, se esconde un impresionante templo al aire libre que desprende un aire mágico y que esconde una historia misteriosa a la par que curiosa: La Fortaleza.
La Foraleza de Chipude
La Fortaleza de Chipude está en Vallehermoso, en la Isla de La Gomera y es un monumento natural. La palabra fortaleza se refiere a una gran pared o farallón de roca que es más elevado que el territorio donde se encuentra y permite dominar desde las alturas el entorno que está alrededor, es como una meseta que se formó por la lava que salía a través de una chimenea volcánica y se solidificó hasta que dio forma a La Fortaleza.
Su altura permitió a los gomeros refugiarse durante la conquista castellana donde además se realizaban actos paganos, según los escritos, hasta el siglo XVIII, aunque no fué hasta el siglo XIX cuando se habla por primera vez de este enclave en una obra de Juan Bethencourt Alfonso.
Un lugar sagrado
La Fortaleza es considerado como un tempo al aire libre que se eleva a 1.243 metros por encima del nivel del mar y al que se puede acceder a través de un sendero que lleva hasta la misma cima, el lugar idóneo para tomar fotos panorámicas de la Isla.
En el punto más alto de esta meseta se han encontrado restos de refugios elaborados con piedras y restos de animales que se usaban para hacer rituales, lo que le da el carácter de templo misterioso y mágico.
Las vistas desde La Fortaleza de Chipude no es lo único que destaca en lo más alto de esa formación rocosa de lava, sino también la flora gomera endémica que resiste a las inclemencias del tiempo como el viento, el frío y la niebla.