La sostenibilidad fiscal, clave para mantener la inversión en sanidad, educación y bienestar social

Así lo refleja el informe ‘El gasto en Sanidad, Educación y Protección Social en las Comunidades Autónomas (2015-2022)’

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Imagen de una sanitaria con una paciente / EFE
Imagen de una sanitaria con una paciente / EFE

Canarias ha tenido que sortear muchos inconvenientes hasta llegar a la actualidad. Su circunstancia de región ultraperiférica se lo ha llegado a poner complicado cuando, por ejemplo, fue considerada una zona de ultramar en los años 80. Lo más difícil ha sido el aspecto económico a la hora de invertir en servicios públicos. Con el tiempo, el Archipiélago ha mejorado, pero todavía falta por avanzar. La clave está en la sostenibilidad fiscal y la eficiencia del gasto.

Este martes se presentó el informe ‘El gasto en Sanidad, Educación y Protección Social en las Comunidades Autónomas (2015-2022)’. Una de las conclusiones generales que vierte el documento es que se observa un aumento significativo en el gasto público, lo que denota una recuperación de los recortes que el Gobierno de España tuvo que aplicar durante la crisis de 2008 o la pandemia. La posición de las Islas, en principio, no es negativa. Pero solo basta rascar un poco para coger con pinzas el optimismo que desprende el texto.

Desarrollo social

En términos generales, determina que la experiencia reciente subraya la importancia de una gestión fiscal prudente y una planificación estratégica para garantizar que el aumento del gasto en bienestar se traduzca en mejoras tangibles en la calidad de vida ciudadana. En el caso de Canarias recoge que ha experimentado un aumento considerable en su gasto total en términos reales, con un incremento del 31,2%, siendo uno de los más altos entre todas las comunidades. 

Analizando las cifras se vislumbra que en el Archipiélago ha habido un compromiso en áreas como sanidad con un gasto que aumentó en un 29,5%, así como en educación con un 19%. Es evidente que son sectores clave para el desarrollo social y económico de Canarias. A pesar de esta realidad, hay que tener presentes las grandes ratios en las aulas o las largas listas de espera para una cirugía. No es oro todo lo que reluce y el informe lo ha tenido en cuenta.

El aula de uno de los institutos / EFE - ISMAEL HERRERO
El aula de uno de los institutos / EFE - ISMAEL HERRERO

La pandemia

“Mayor gasto no siempre equivale a mejores servicios, y es esencial que Canarias asegure que los fondos se estén usando de manera efectiva para mejorar realmente los servicios y la infraestructura. La inversión equilibrada en todas las áreas es necesaria para un desarrollo integral y sostenible”, recoge. Lo que se lee entre líneas es que el largo plazo hay que tenerlo en el punto de mira. Además, es llamativo que una de las apuestas que tiene el actual Gobierno regional es la de bajar impuestos como el IGIC.

El gasto en bienestar social en Canarias también ha crecido notablemente, con un aumento del 53,8% en términos reales. Esto subraya un esfuerzo concentrado para mejorar la red de seguridad social de la comunidad, especialmente crucial durante la pandemia de COVID-19. Es una cuestión positiva, pero incide en que uno de los grandes desafíos con el que cuenta el Archipiélago es que la dependencia de fondos extraordinarios y mecanismos de asistencia financiera puede plantear problemas futuros por depender tanto del gobierno central.

Una persona en situación de dependencia / AH
Una persona en situación de dependencia / AH

Otras comunidades

También hay comparativas con otras comunidades autónomas, aunque hay que estudiarlas con cautela porque no todas las regiones parten de la misma situación. Se puede crecer mucho partiendo de cero y fortalecerse poco teniendo bastante trabajo hecho. Por lo tanto, calma. Canarias ha experimentado uno de los aumentos más significativos en gasto total de todo el país con un 31,2%, muy superior a Extremadura (1,8%), Asturias (4,2%) y Cantabria (6,3%). 

En sanidad, con su 29,5%, hace frente a comunidades grandes como Cataluña (28,8%) y Andalucía (26,9%). En el ámbito educativo supera con creces a Castilla y León (4,4%) o Galicia y Asturias (ambas con 4,8%). Ahora bien, habrá que atender a la realidad de cada una porque las Islas tenían más margen de aumento. En bienestar social se enfrenta a Baleares (92,1%) y la Comunidad Valenciana (88,6%).

Incremento desde 2011

El informe incide en que, a pesar de estos aumentos, la sostenibilidad a largo plazo y la eficiencia de este gasto son aspectos cruciales que necesitan evaluación continua, especialmente en el contexto de recuperación post-pandemia y los desafíos económicos actuales. El gasto por habitante también deja cifras interesantes, desde 2011 ha habido un aumento del 19,3%. Eso sí, por comunidades las que muestran un mayor crecimiento por persona son País Vasco y Baleares.

A nivel de índice relativo por habitante ajustado, Canarias se encuentra en un nivel intermedio comparado con las regiones forales como Navarra y País Vasco, que lideran con índices del 124% y 125% respectivamente. Esto sugiere que, aunque Canarias ha realizado inversiones significativas en bienestar por habitante, aún hay comunidades que invierten proporcionalmente más per cápita.

Regímenes fiscales

El Archipiélago destaca por un incremento considerable en el gasto de bienestar per cápita desde 2011, situándose bien en comparación con la mayoría de las comunidades autónomas. Sin embargo, en comparación con las regiones forales, que tienen regímenes fiscales y financieros especiales, Canarias tiene un menor gasto por habitante. Son diferencias que resaltan la diversidad en la capacidad de gasto y las prioridades políticas entre las diferentes comunidades autónomas.

El documento aborda los fondos provenientes del Estado, especialmente los extraordinarios asignados durante la pandemia. Revela que han sido fundamentales para permitir que las Comunidades Autónomas, incluyendo Canarias, manejen mejor la crisis sanitaria y sus consecuencias económicas sin comprometer significativamente sus servicios de bienestar.

El informe reflexiona sobre la dependencia de estos fondos, dado que plantea preguntas sobre la sostenibilidad a largo plazo de estos niveles de gasto una vez que cesen los apoyos extraordinarios. Recomienda a las comunidades que planifiquen el futuro para cuando estos fondos extraordinarios ya no estén disponibles