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Sociedad

La sociedad aborigen de Canarias más desconocida: se organizaba en asamblea y desapareció en el s.XV

Lo que distingue a esta sociedad es que, a pesar de vivir en un entorno insular aislado, desarrollaron una estructura social sorprendentemente compleja

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Representación imaginaria de una sociedad aborigen generada por IA / DALL.E

Las islas Canarias, envueltas desde tiempos inmemoriales en un halo de misterio, fueron conocidas en la antigüedad como "Las Afortunadas". Las referencias históricas que se hicieron de ellas solían estar plagadas de exageraciones y leyendas.

Algunos cronistas llegaron incluso a asociarlas con los restos de la Atlántida, pero a pesar de estas historias, Canarias ya eran habitadas por pueblos aborígenes mucho antes de la llegada de los castellanos. 

El origen de El Hierro y el misterio de su nombre

El origen del nombre "El Hierro" ha sido objeto de múltiples teorías. Algunas sugerencias apuntan a una derivación de los términos antiguos "hero" o "Esero", relacionados con la lengua de los habitantes originales. Otras teorías lo vinculan con las tradiciones de los marineros antiguos, quienes solían nombrar las islas y accidentes geográficos según características simbólicas.

Lo que sí es un hecho histórico es que en el siglo II d.C., el astrónomo Ptolomeo utilizó El Hierro como referencia para su Meridiano Cero, lo que reforzó su importancia geográfica hasta el siglo XIX, cuando fue sustituido por el meridiano de Greenwich.

¿Quiénes eran los bimbaches?

Los bimbaches eran los primeros habitantes de El Hierro, y su origen se remonta al norte de África, al igual que el resto de los aborígenes canarios.

Lo que distingue a esta sociedad es que, a pesar de vivir en un entorno insular aislado, desarrollaron una estructura social sorprendentemente compleja.

Estructura social y modo de vida de los bimbaches

La sociedad de los bimbaches era pacífica y autosuficiente. Se organizaban en asambleas, conocidas como tagorores, donde tomaban decisiones comunitarias, lo que refleja un sentido democrático en su forma de gobernar. A pesar de no tener acceso a metales ni otros recursos tecnológicos avanzados, vivían en armonía con el medio ambiente, basando su economía en la agricultura, el pastoreo, la caza, la pesca y la recolección.

Sus viviendas eran sencillas, hechas de piedra seca o cuevas naturales, lo que les permitía vivir de manera eficiente aprovechando los recursos de la isla.

Los petroglifos de El Hierro

Uno de los legados más misteriosos que los bimbaches dejaron son los petroglifos, inscripciones talladas en piedra que aún no han sido descifradas. Los más destacados se encuentran en el Parque Cultural de El Julan, un sitio arqueológico de gran importancia que ha sido propuesto para convertirse en Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Este lugar, además de los petroglifos, alberga restos de antiguos tagorores y otros vestigios de la vida de los bimbaches, como utensilios y herramientas primitivas. El Julan es una ventana al pasado, que ofrece una visión única de la vida de este pueblo tan enigmático.

La conquista y la desaparición de los bimbaches

A principios del siglo XV, los bimbaches enfrentaron la llegada de los conquistadores europeos. Jean de Bethencourt, un noble normando que participó en la conquista del Archipiélago Canario, tomó la isla de El Hierro. A diferencia de otras islas, donde las sociedades locales opusieron mayor resistencia, los bimbaches ofrecieron poca oposición.

Tras la conquista, la población aborigen fue absorbida por los colonos europeos que se asentaron en la isla. Esto provocó la rápida desaparición de los bimbaches como entidad cultural, aunque su legado aún persiste en los restos arqueológicos encontrados en la isla.

El legado de los bimbaches en la historia de El Hierro

A pesar de su desaparición tras la conquista, la influencia de los bimbaches en la historia de El Hierro es innegable. Los vestigios arqueológicos, los petroglifos y los restos de sus lugares de reunión siguen siendo testigos de su existencia. Hoy, El Hierro es una isla reconocida por su apuesta por la sostenibilidad, habiendo sido declarada en su totalidad Reserva de la Biosfera por la UNESCO en el año 2000.

El legado de los bimbaches perdura, no solo en la arqueología, sino en la identidad misma de la isla, que sigue honrando a sus primeros habitantes como parte de su rica y diversa historia.

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