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Sociedad

Sergio, el fenómeno tinerfeño en las redes sociales que revaloriza la agricultura canaria

Con más de 120.000 seguidores en Facebook, este joven de 28 años comparte a diario sus esfuerzo por sacar adelante su huerta familiar y la tienda regentada por su mujer

5 minutos

Sergio Rodríguez, agricultor y fenómeno en las redes sociales / FRUTAS Y VERDURAS NITO

En el año 2021 se hizo viral la petición de ayuda en las redes sociales de un joven agricultor tinerfeño para vender más de 8.000 kilos de sandía. Entonces, el siempre generoso pueblo canario -y tinerfeño en su contexto concreto- salió al rescate para darle salida a un excedente que no vio venir en su finca y que, muy resumidamente, la meteorología le puso en un aprieto.

Hoy, Sergio, ese joven -que lo sigue siendo a sus 28 años- suma en Facebook más de 120.000 seguidores y más de 20.000 en Instagram, donde comparte a diario su labor en el campo, así como el desarrollo de Frutas y Verduras Nito -gestionada por su mujer- y reflexiones sobre todo lo que rodea al sector. Más en el contexto actual de subida de precios y de crisis para los agricultores.

“Antes de lo de las sandías ya llevaba como unos dos años creando contenido”, advierte Sergio Rodríguez en una entrevista concedida a Atlántico Hoy, antes de confesar que usa la cuenta de Facebook que se creó con 12 años.

La pandemia como punto de partida

Sobre la idea de generar su propia marca a través de las redes, el agricultor tinerfeño reconoce que, como a otras muchas mentes pensantes y con casos de éxito, fue en la pandemia cuando se le encendió la bombilla. “En la pandemia vendíamos en el mercadillo de La Matanza y casi todos los clientes eran de Santa Cruz o La Laguna y la restricción de salir del término municipal fue un golpe duro para nosotros, por lo que se me ocurrió grabar un video de la finca donde teníamos bastante producción”, señala.

Así, recuerda que empezó grabando una caja que iban llenando de zanahorias, cebollas y calabacines. “Hicimos una cajita y la ofrecimos para llevar a domicilio al cliente. Ese vídeo me ayudó bastante y, poco a poco, la gente quería la cajita sana, que es como la llamamos y que la seguimos manteniendo”.

Este es un ejemplo del feedback positivo que ha ido recibiendo en el tiempo. “La verdad que súper bien. No soy una persona de buscar polémica, sino de informar de lo que pasa en el mundo, que me he dado cuenta que los consumidores desconocen totalmente los problemas que tenemos los agricultores y, segundo, lo que a veces consumen sin tener ni idea”, señala sobre sus mensajes de no importar o comprar de determinados países por no regirse por las normativas de la Unión Europea ni tener controles fitosanitarios.

Apertura de Nito

Tras su éxito a través de las redes, junto a su mujer y familia dieron lo que se entendería como un paso lógico dentro del sector. “La tienda en Tejina, Frutas y Verduras Nito, la abrimos después de poner un punto de venta en casa, porque cuando la gente pudo salir de las suyas durante la COVID los repartos se volvieron complicados porque la gente estaba desagallada por salir”, explica entre risas.

En este contexto, asegura que se preguntó si los sábados o, a lo mejor, entre semana los clientes irían a su casa. “Habilitamos un invernadero y justo detrás estaban todos los productos verdes, que los cogíamos en el momento. Fue súper bien y la gente venía encantada hasta el punto que tuvimos que dar el paso, aunque no queríamos: montamos la frutería”, esgrime.

Por ello, no olvida el “trabajo trabajo y trabajo” que le ha permitido tener el reconocimiento que tiene hoy en día, aunque confiesa que lo de las sandías les ayudó un poco a darse a conocer “y a tocar el corazoncito de los canarios”.

Crisis de la papa

Respecto a la crisis que vive el sector, Sergio agradece que su familia no puede quejarse porque tienen agua, “que es lo más importante” y pueden trabajar. “Hay familias que no tienen la suerte que tenemos nosotros y que no tienen agua para poder trabajar y no pueden seguir haciendo su profesión”, resalta.

Sobre el problema de importación de la papa, indica que “como todo el mundo”, plantan papas, aunque “están fuera de temporada”. No obstante, comparte que cuentan con un chico en Gran Canaria que tenía producción y que hasta ahora les ha estado sirviendo y "ayudando a escapar", aunque eso está a punto de acabar. “No soy partidario de países de fuera de la Unión Europea por tema fitosanitario y por principios, pero igual la próxima semana ya me tocará hacer lo que no quiero que comprar”.

Una crisis, la de la papa, que, a pesar de los mensajes de tranquilidad que va emitiendo a modo de salpicaduras las administraciones, a la que Sergio no le ve una salida. “Yo tengo contactos por el mundo y el futuro no es muy prometedor en cuanto a la papa. Los precios a los que estamos acostumbrados pasaron a la historia. Entre otras causas, falta personal, por lo que los agricultores se decantan por cultivos que no necesiten personal, porque no hay gente, no hay agua y cada vez hay menos ayudas para sacar los cultivos”, expone. 

Sector avejentado

Su exposición pública en las redes sociales tambien podría ayudar a un sector gravemente envejecido en el que el 60% de los agricultores tiene más de 55 años y el 40% tiene más de 65 años. “Hablamos de que los agricultores se están avejentado. No hay relevo generacional”, se resigna. “De menos de 25 años no hay más que 465 agricultores en toda Canarias. Yo tengo 28 años”, completa el ejemplo.

“Que vaya a haber menos gente en el campo a mí me duele un poco, pero a quien más le dolerá será a los consumidores”, reflexiona antes de analizar las ayudas de las administraciones. “No es suficiente para la cultura que hemos tenido toda la vida de que el que no sirve para estudiar, se va para la tierra. Eso ha conseguido que a la tierra, hoy en día, no le quede nadie. Sinceramente, es una cosa que, sí o sí, necesita la gente y nadie lo quiere hacer”, analiza. “No nos damos cuenta, pero al agricultor lo ‘utilizamos’ tres o cuatro veces al día”, agrega.

Desde chiquitito

En su caso particular, cuenta Sergio que “desde chiquitito” le ha tocado apechugar y ayudar en casa. “No es que me obligarán, sino que a mí me gustaba y me gustaba bajar a la finca. Me llegaban a decir <<si no haces la tarea no vas a la finca>>”, detalla como ejemplo de su pasión por el campo.

Una pasión que pudo compatibilizar con los estudios con esfuerzo. “En mi etapa de bachillerato trabajaba de noche y estudiaba de día. No es lo ideal, pero tocaba. Nos levantábamos a las 00:30 e íbamos a Mercatenerife y a las 6:30 teníamos que regresar para que me diera tiempo de bañarme, desayunar e ir al instituto”. 

Un aparente sacrificio del que no se arrepiente. “He conseguido la independencia económica y todo ese esfuerzo me enseñó a valorar lo que cuesta ganar un euro y saber lo que es trabajar”.

Nito y familia

El nombre de la tienda Frutas y Verduras Nito no tiene otra cuestión que es el diminutivo de su padre Eugenio Enrique Eugenito. “Desde chiquitito, fantaseaba con abrir una gran empresa con mi padre y le ponía su nombre, así que por eso es”, explica. 

Unas fantasías y amor por las labores de campo que parece que ya tiene heredero. “A mi hijo de dos años le encantan los tractores y, cómo se suba, ya no puedo bajarlo", finaliza entre risas.