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Sociedad

El sendero más bonito de Tenerife: un paseo histórico hasta una cascada que vierte al mar

Este paraje natural del norte de Tenerife gana popularidad entre los senderistas por combinar naturaleza exuberante y legado histórico

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La cascada que vierte al mar en la playa de Castro o La Fajana es uno de los atractivos naturales de este trayecto entre palmeras por la Rambla de Castro./ REDES.

Pese a su innegable encanto, la Rambla de Castro es uno de los parajes más desconocidos de Tenerife en comparación con El Teide o Anaga, que concentran a la mayoría de los senderistas. Este lugar combina la gran riqueza natural de un paisaje protegido con las huellas del trabajo en los campos canarios, como atestigua la Hacienda de Castro, donde el visitante además podrá rememorar los ataques piratas de siglos pasados.

Pero la joya histórica de este paisaje son las ruinas del elevador de aguas en La Gordejuela, una obra que marcó un hito en su tiempo como la primera máquina de vapor de la Isla de Tenerife. Su objetivo era utilizar las aguas que nacen en Gordejuela para dar fuerza motriz a un molino harinero y elevarlas hasta la zona de cultivo del plátano.

Elevador Aguas de Gordejuela./ AH.

Si descendemos hacia la playa de la Fajana o de Castro apreciaremos la desembocadura de ese torrente de agua cuyo caudal depende de la época del año, desde una cascada que vierte al mar hasta apenas un hilo de agua. En cualquier caso el espectáculo es impactante entre coloridos acantilados, vegetación endémica y  palmeras custodiando el paisaje. Con el mar en calma se puede disfrutar de una ducha natural para enjuagarnos el salitre del océano.

Una ruta de dos sentidos

La ruta de la Rambla de Castro puede realizarse en dos sentidos. Es una buena opción empezar en el Hotel Maritim y acabar en el mirador de San Pedro, donde hay más opciones para volver al punto inicial en transporte público. Con dificultad baja, exceptuando algunos tramos de descenso a la playa, el sendero combina suelo empedrado con zonas de tierra y caminos tradicionales.

Fortin de San Fernando, en La Rambla de Castro./ AYUNTAMIENTO LOS REALEJOS.

Además de la Hacienda de Castro y el elevador de La Gordejuela, la ruta discurre por el fortín de San Fernando, construido en el siglo XVIII, se visita la ermita de San Pedro, que alberga una valiosa talla barroca del apóstol. La pequeña fortaleza de San Fernando fue construida a finales del siglo XVIII con el objetivo de vigilar y defender la costa de Los Realejos de los ataques piratas, como el afamado Cabeza de Perro, y conserva tres de sus cinco antiguos cañones.