¿Qué tienen en común Montesquieu, Benjamin Franklin, Mozart, Oscar Wilde y Antonio Machado? Sí, todos son hombres, ilustres y muy pero que muy conocidos, pero hay algo más: todos ellos pertenecieron a la masonería. Ahora habrá a quien le suene el término pero no termine de atar cabos. "¿Qué es eso de la masonería y los masones?".
José Luis Batista, gran maestro provincial de los masones canarios, respondió a la pregunta que le lanzaba Atlántico Hoy con soltura. “Es una de las más antiguas fraternidades que tienen como fundamento la creencia en un ser supremo, expresado bajo el nombre de Gran arquitecto del universo”. Lo cierto es que aunque ellos mismos se ocupan de transmitir los valores de la masonería hay quién prefiere seguir las líneas conspirativas y ponerlos a la altura de los Illuminati, pero nada más lejos de la realidad.
Los masones se han tenido que enfrentar a momentos de la historia en los que su actividad estaba prohibida, hablamos de una época oscura en España donde predominaba el miedo. La Guerra Civil intentó —sin éxito— acabar con las logias, como se conoce a cada asociación o cada rama de la masonería que comparte lenguaje y simbología.
Fue durante la dictadura franquista cuando casi se acaba con el mayor centro masónico de España y también uno de los más bellos. Se trata del Templo Masónico Histórico de Santa Cruz de Tenerife, proyectado en 1899.
El templo masónico
Aunque fue proyectado por el arquitecto tinerfeño manuel de Cámara y Cruz en 1899, no fue hasta 1923 cuando estuvo completamente finalizado. Durante un periodo por las noches se encargaban de dar clase a tinerfeños desfavorecidos y por el día a alumnos que pagaban clases avanzadas.
Con esa escuela se divulgaba la cultura y ciertas ideas que calaban en la sociedad del momento, pero la tranquilidad duró más bien poco. Franco decidió prohibir la masonería el 15 de septiembre de 1936 y con esa prohibición el templo se vació de divulgación para dar paso a otras utilidades. Primero fue una farmacia, después un lugar para que los soldados pudieran pasar la noche. Gracias a eso no lo derribaron y consiguió sobrevivir hasta la actualidad.
Su riqueza
Es el único templo masónico que continúa en pie en España, aunque sí hay varios centros repartidos en diferentes Islas, como el de Santa Brígida, en Gran Canaria. El Templo se divide en tres plantas, la más curiosa —quizás por su nombre o por su utilidad— es la Cámara de Reflexiones, que está en el piso subterráneo y ha sido construída en un tubo volcánico. Supuestamente suele ser un lugar oscuro y frío, con leyendas que motivan a la reflexión y preparación de que va a recibir la iniciación a la masonería
También está el vestíbulo de los Pasos Perdidos, la Sala Ágapes o la Sala Tenidas, los espacios más interesantes del Templo, cada uno de ellos con simbología y utilidades diferentes para los miembros que pertenecían a la logia Añaza 270.
Se calcula que actualmente hay unos seis millones de masones en todo el mundo, 4.000 en España pero muchos de ellos prefieren seguir en el anonimato mientras otros no temen en asegurar su vínculo con la organización que parece guardar siempre los mejores secretos para la imaginación de los curiosos.