Hay secretos bien guardados que solo se desvelan a aquellos que se dejan maravillar por la naturaleza de Canarias. Grutas espectáculares, playas vírgenes y charcos creados de la lluvia capaces de curar el alma de quién se adentre en los senderos más recónditos e inesperados.
El Charco Azul es uno de esos lugares que parecen sacados de una escena de magia y que solo se disfruta cuando la lluvia abunda en Gran Canaria durante varios días —tarea cada vez más complicada—. Aún así, la temporada de invierno es la mejor para probar suerte después de que caigan los primeros chaparrones. Este enclave está en el pueblo El Risco, el barrio más occidental del municipio de Agaete.
El Risco
El Risco es conocido por su yogur de cabra y su queso pero también por sus rincones secretos que desprenden una paz irreplicable. Es un pequeño pueblo rural al norte de Gran Canaria con un sendero que guía hacia el Charco Azul en una caminata sencilla de tres kilómetros ascendentes—unos 50 minutos a pie—.
Es mejor acudir entre los meses de enero a mayo, cuando abundan las lluvias en Canarias. El sendero lleva hacia un charco de color azul turquesa coronado por una gran cascada de agua de lluvia que invita a los senderistas a bañarse una vez llegan al fin del camino.