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Sociedad

Se dispara el mal uso de TIC en menores: No duermen, no rinden y se aíslan

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Una niña haciendo uso de la tecnología de las tabletas electrónicas./ CEDIDA

La pandemia ha disparado el mal uso y abuso de las nuevas tecnologías por parte de los adolescentes, con un aumento en las consultas a los psicólogos ante signos de alarma como un bajón en el rendimiento escolar, menos horas de sueño, menor apetito e higiene, mayor aislamiento y conductas como el ciberacoso que conducen a problemas de salud mental.

Si antes de la pandemia el mal uso y el abuso de las nuevas tecnologías, tanto de tabletas, como redes sociales o teléfonos inteligentes era ya era un problema en los adolescentes, con el confinamiento el "uso patológico" de las nuevas tecnologías se ha incrementado de forma significativa en los menores, ha explicado el gerente de la Federación de Salud Mental, Ángel Lozano.

Aumento considerable de consultas

Muchos psicólogos afirman haber detectado un aumento "considerable" de las consultas por parte de los padres ante casos de abuso de las nuevas tecnologías.

Se trata de casos de uso problemático, ya que dedican mucho tiempo a los dispositivos, con los problemas de salud mental que se derivan, pero también de abuso, con casos de ciberacoso, envío de mensajes de contenido sexual explícito, que suponen también problemas legales, con un aumento del juego en línea.

El psicólogo ha explicado que los adolescentes se quitan tiempo de su sueño, lo que puede afectar a su rendimiento escolar, con problemas de convivencia familiar e incluso pérdida del apetito y de las medidas de higiene, con un aumento del aislamiento.

Se trata de años en los que los adolescentes están construyendo su personalidad en torno a lo digital, "que es cruel y, como una montaña rusa", ligado al número de seguidores, la visibilización y "los me gusta", algo "externo que puede dejar los niveles de autoestima por el suelo".

Luego están "el aislamiento y la soledad" derivados de ese uso abusivo de las TIC, que pueden conducir a ansiedad, depresión, trastornos del comportamiento, déficit de atención, abusos de sustancias y trastornos fóbicos.