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Sociedad

Canarias tramita con urgencia el saneamiento y la depuración de aguas residuales en La Graciosa

El primer paso que dará la comunidad autónoma será suspender el planeamiento de ordenación actual amparándose en la Ley del Suelo y de los Espacios Protegidos del Archipiélago

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Una mujer limpia con una manguera en La Graciosa / EFE

Los vecinos de La Graciosa pueden respirar aliviados porque este miércoles el Gobierno de Canarias dio la orden de tramitar por vía de urgencia el procedimiento para que la octava isla tenga infraestructuras de saneamiento y depuración de aguas residuales. El Ejecutivo regional ha elaborado una memoria en la que admite la necesidad de dar una solución al tema en coordinación tanto con las administraciones como los agentes involucrados. Responde así a una petición que realizó el Cabildo de Lanzarote el pasado 25 de abril mediante un acuerdo plenario.

La institución insular desglosó varias actuaciones que considera necesarias tanto en la capital, Caleta de Sebo; como en la localidad de Llano de La Mareta —donde quiere ubicar una depuradora—. En el primer caso apuesta por canalizaciones, acometidas de estaciones de bombeo, conducciones de distribución de agua regenerada o un pozo de bombeo; mientras para conectar ambas ve importante la impulsión exterior de aguas residuales.

Daño medioambiental

El primer paso que dará la comunidad autónoma será suspender el planeamiento de ordenación actual amparándose en la Ley del Suelo y de los Espacios Protegidos de Canarias. La Consejería de Política Territorial, Cohesión Territorial y Aguas, con Manuel Miranda al frente, utilizará el artículo 168 como herramienta porque su primer apartado le permite de oficio cuando concurran razones justificadas de interés público, social o económico relevante —siempre que se lo pidan otras administraciones, como ha ocurrido, o particulares—.

El Ejecutivo tiene claro que es razonable acometer los trabajos, ya que “constituye, por un lado, la existencia de una amenaza inminente de daño medioambiental sobre la zona de especial conservación de la Red Natura 2000, y, por otro, razones de salud pública”. 

Dos mujeres pasean en La Graciosa / EFE

Evitar filtraciones

El documento redactado por el Gobierno en más profundidad recoge que desde el año 2015, tanto el Cabildo, como el Ayuntamiento de Teguise —corporación municipal de la que depende La Graciosa— “han dispuesto como medida para evitar la filtración de aguas residuales al medio marino, el transporte marítimo de los residuos provenientes de la limpieza de fosas sépticas del núcleo urbano de Caleta del Sebo”.

El 27 de mayo de 2024, la Dirección General de Ordenación del Territorio solicitó a Teguise un informe sobre la viabilidad urbanística de las actuaciones necesarias en Caleta de Sebo, dado que ocupa terreno urbano. El 20 de junio, el Consistorio le respondió que sería viable “sin perjuicio del cumplimiento de la normativa”. Todo avanzaba sin complicaciones. A principios de julio, el Cabildo de Lanzarote remitió una serie de documentación como, por ejemplo, una memoria y anexo cartográfico.

Evaluación ambiental

El Boletín Oficial de Canarias (BOC) recoge también este martes que la Viceconsejería de Planificación Territorial y Reto Demográfico somete al procedimiento de Evaluación Ambiental Estratégica Simplificada la suspensión del planeamiento para que todo esto sea posible por su carácter “provisional y limitado”. Además, resuelve someter a consulta de las personas interesadas o las administraciones públicas afectadas el documento. 

En la larga lista donde hay varios ministerios o consejerías está la asociación Ben Magec-Ecologistas en Acción. Su portavoz, Eugenio Reyes, atiende a Atlántico Hoy y aprovecha para felicitar a los vecinos por conseguir que el procedimiento arranque. “Ha sido una lucha ejemplar”, manifiesta. Asegura que será útil porque los acuíferos están contaminados con vertidos indirectos al mar.  “Que las aguas”, apunta, “sean tratadas al 100%”.

Cuenta que uno de los mayores desafíos que tiene el Archipiélago al respecto son las corrientes, porque complican la situación. “Que la finalidad no sean los vertidos al mar, sino el reciclado de las aguas”, sentencia.