“A veces pienso en quitarme la vida y no sé por qué”. Para las personas que la rodean, la vida de Paola es perfecta. Siempre sacó buenas notas en el instituto, fue la primera de su familia en ir a la universidad, vivió todas y cada una de las fiestas de la facultad y los planes de fin de semana con sus amigos siempre llenan su calendario y aun así… “Aun así, siempre hay una voz que me dice que en realidad todo va mal”.
¿Cómo contarle a alguien que no eres feliz cuando lo tienes todo para serlo? La palabra depresión no podía existir en el vocabulario de “la chica de la buena vida”. Porque siempre hay alguien peor, siempre hay alguien que sufre más y, sobre todo, siempre hay alguien más triste.
Gestionar las emociones
“Los jóvenes normalmente tienen mucha más conciencia respecto a sus emociones que los adultos”, explica Paula Redfearn, psicóloga. Esto es algo “bastante positivo” porque los hace capaces de aprender a gestionar sus sentimientos y a aceptar cuándo existe un problema que necesita ser tratado.
Ser consciente de que lo que le estaba pasando “no era normal” fue lo que hizo que Paola diera el paso de abrirse ante su médico y contarle que había pensado en quitarse la vida en más de una ocasión. “Me sentí como en un duelo, me estaba despidiendo de la chica siempre feliz para dar paso a la persona que realmente era: una tía triste que se acostaba pensando en qué forma de morir sería la menos dolorosa”.
¿Y los psicólogos?
Actualmente en Canarias hay 2.778 personas en lista de espera para acceder a la especialidad de psiquiatría de la sanidad pública, según los últimos datos de junio de 2022. Y esta es solo para la evaluación inicial y posterior derivación al psicólogo. Además, la Consejería de Sanidad del gobierno autonómico afirmó que las islas cuentan con un total de 127 profesionales públicos de esta rama, es decir, una tasa de 6 por cada 100.000 habitantes.
La media nacional solo está un poco por debajo de la canaria con 5,4 psicólogos por cada 100.000 habitantes. Ambas están lejos de la media europea que llega a los 18 psicólogos por cada 100.000 habitantes.
Lucía Rodríguez, profesional de la sanidad pública, asegura que la falta de psicólogos se ha evidenciado aún más en esta última época, "aunque no es nada nuevo". La visibilización de la salud mental entre la población ha hecho que las personas sean cada vez más conscientes de la importancia de la misma. Sin embargo, "el mensaje de que todo el mundo debería ir al psicólogo debería cogerse con pinzas porque, aunque es una herramienta muy útil, a veces olvidamos que el ser humano cuenta con un mecanismo propio para cuidar su salud".
Hacer frente a un gran número de pacientes diarios es "frustrante a nivel humano y se hace lo que se puede con lo que se tiene", defiende Rodríguez. Asimismo, "no todo depende de los especialistas, por muy buenos que sean".
Un plan para Canarias
El pleno del Parlamento de Canarias ha pedido por unanimidad la puesta en marcha de un plan para la prestación de apoyo emocional y psicológico a los jóvenes de las islas. La propuesta, presentada por el diputado Jesús Alexander Machín y respaldada por toda la Cámara, pide que en los presupuestos generales de Canarias haya una partida de gastos con destino a cofinanciar con los ayuntamientos de las islas la implantación del servicio público de asistencia psicosocial para jóvenes.
Otra propuesta es que se integren progresivamente en los centros educativos profesionales de la salud para ayudar en la gestión de las emociones del alumnado. El Parlamento también pide que el Servicio Canario de Salud refuerce los servicios de atención primaria en relación a la salud mental para ampliar el número de profesionales de la psicología y disminuir las listas de espera.