Las rotondas fantasma de Santa Cruz

Algunos conductores interpretan como rotondas ciertas intersecciones circulares de la capital en las que no aplican las normas que rigen las glorietas

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Algunas intersecciones de Santa Cruz tienen apariencia de rotonda pero su señalización indica lo contrario./ AH
Algunas intersecciones de Santa Cruz tienen apariencia de rotonda pero su señalización indica lo contrario./ AH

Cuando un conductor se aproxima a una intersección circular, sabe cómo debe comportarse: prioridad para quien circula por el anillo, uso de indicadores intermitentes y salida por el carril exterior. Pero estas normás básicas solo aplican a las rotondas y vienen indicadas por el disco azul con las tres flechitas circulares blancas. Aún así en ocasiones las percepciones al volante pueden ser engañosas, sobre todo cuando el entorno, el trazado y la forma de la intersección sugieren maniobras que la señalización prohíbe. Una isleta redonda con bordillo, vehículos accediendo desde varios carriles, e incluso una estatuta en medio, son para cualquier conductor indicios de una glorieta, aunque la única indicación definitiva es la citada señal circular azul. 

Las rotondas han proliferado tanto como recurso para regular el tráfico que algunos conductores las ven donde no existen. En Santa Cruz hay varios ejemplos de estas rotondas que, como los fantasmas, existen solo en la mente del conductor que cree estar en una de ellas, aunque la señalización indique lo contrario. Algunos de estos cruces se han convertido en rotondas guiadas en aras de mejorar la fluidez del tráfico y los conductores asiduos, acostumbrados a estas particularidades, circulan por ellas sin inconvenientes. Sin embargo, los visitantes o tinerfeños que no frecuentan la capital sí que encuentran en ocasiones dificultades para transitar por estas rotondas fantasma, que desafían su intuición al volante.

Rambla con San Isidro
Rotonda fantasma, inexistente, en el cruce de la Rambla de Santa Cruz con San Isidro./ AH

Las bolas rojas y el Cuartel Almeyda

Entre ellas, la más concurrida se ubica en la desembocadura de la Avenida de Bélgica, decorada por la icónica escultura de las bolas rojas. A simple vista parece una rotonda pero los vehículos que transitan desde la Avenida de la Asunción hacia los Reyes Católicos, o viceversa, solo pueden continuar recto. Confundido por la apariencia de glorieta, de vez en cuando algún conductor desobedece la señal que prohíbe girar a la izquierda y continúa la vuelta en dirección a la Avenida San Sebastián. Por despiste o conveniencia, ocasionalmente aparece un vehículo cruzando por delante de los coches que bajan desde Reyes Católicos a la Asunción, causando un riesgo evitable si se atiende a la señalización. 

Eventualmente también se producen situaciones comprometidas en las inmediaciones del cuartel de Almeyda, en el cruce entre la Rambla de Santa Cruz y la calle San Martín, donde también termina la Méndez Núñez. Dotada con dos semáforos, la intersección regula el tráfico transversal a la Rambla pero prohíbe el cambio de sentido para los vehículos que suben y quieren dar la vuelta. Aún así es frecuente ver coches que, aunque respetan el semáforo, se lanzan Rambla abajo con la luz verde y se interponen en la trayectoria de quienes vienen desde la calle San Isidro. En el vídeo adjunto puede apreciarse el peligro de la maniobra que efectúa el coche blanco, cruzándose por delante de la moto de color anaranjado cuando debería circular en paralelo a la misma.

Ahuyentando a los fantasmas

Una de las soluciones más frecuentes para ahuyentar el fantasma de la infracción vial es la rotonda guiada. Con este tipo de intersecciones se han solventado ciertos problemas de densidad de tráfico en Ofra, la zona de la Cervecera o el edificio de Hacienda. Esta última destaca especialmente porque, en caso de embotellamiento, las consecuencias se perciben incluso en el interior del túnel de la Vía Litoral, que soterra parcialmente la circulación en Francisco La Roche. A día de hoy, la obra inaugurada a finales de 2016 ha servido para liberar un amplio espacio en la superficie pero, en lo que respecta a la fluidez del tráfico, ha sido necesario complementar los trabajos con una intersección guiada para que el túnel sea efectivo. Con este objetivo se transformó la glorieta frente a Hacienda, convirtiéndola en una rotonda guiada con cuadrilla amarilla que prioriza el paso de los vehículos que se dirigen hacia las autopistas.

Rotonda Hacienda
El enrejado amarillo de la rotonda de Hacienda evita colas en el túnel de la Vía Litoral./ AH

Con frecuencia son las intersecciones de acceso a las autopistas las que han precisado de una reorganización del tráfico para intentar descongestionarlas, como es el caso de la rotonda guiada de la Avenida Tres de Mayo con Benito Pérez Armas. A pesar del desconcierto cuando se inauguró en agosto de 2018, la mayoría de los conductores se ha habituado a este intrincado trazado de líneas y colores, de manera que la señalización ha conseguido que se usen los hasta entonces inhábiles carriles interiores. 

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